lunes, 9 de enero de 2017

Cómo afecta la cafeína al cuerpo y al cerebro

La cafeína podría reducir temporalmente el apetito // Foto: Infobae

Por Beatriz Guzmán—Para muchas personas, el no tomar cafeína así sea un solo día, puede traer las peores consecuencias posibles, desde mal humor hasta dolor de cabeza. Muchos “no pueden vivir” sin su respectiva dosis, bien sea a través del café, el té o los refrescos.

Pero, ¿cómo afecta esta droga al cuerpo y al cerebro cuando es consumida?

La mayoría de adultos consumen unos 400 miligramos de cafeína cada día. Una lata de alguna bebida energizante contiene 80 miligramos de esta sustancia.

Puede mejorar la memoria y es más efectiva, si no se consume diariamente.

Esta sustancia bloquea moléculas en el cerebro, llamadas adenosinas, la cual hace que las personas se queden dormidas. Con esto, la cafeína favorece la producción de dos estimulantes naturales: dopamina y glutamina, que aumenta el estado de ánimo e incluso, reduce el riesgo de depresión.

Puede mejorar la capacidad de enfoque visual, siempre y cuando sea en dosis moderadas. Una dosis superior a la recomendada, puede perjudicar la vista debido al nerviosismo.

También, puede aumentar los niveles de acidez en el estómago. Algunos estudios afirman que la cafeína reduce, temporalmente, el apetito.

Cuando se ingiere, la cafeína es absorbida por el estómago después de una hora o dos; esta entra en el torrente sanguíneo. El cuerpo tarda unas cinco o seis horas en eliminarla por completo.

Una dosis moderada, puede incrementar la presión sanguínea, pero no lo suficiente como para causar algún daño en adultos.

La cafeína alerta al cerebro para activar las glándulas adrenales (en los riñones) y que llenen el cuerpo de adrenalina, lo que hace a las personas más irritables y con cambios de humor.

El síndrome del “comer emocional” y sus efectos

El vínculo que se establece con la comida no es otra cosa que la forma de percibir el mundo que tiene cada persona // Foto: Método Ancla
   
Por Beatriz Guzmán—Muchas veces hemos escuchado eso de “comer por emociones”, bien sea cuando estamos estresados, tristes, ansiosos o con miedo. Aunque muchos se refugian en otras cosas como el consumo de alcohol, cigarro u otro tipo de sustancias, una gran parte de las personas, prefiere comer sin control.

Quienes sufren de esto, tienen el llamado “síndrome del comer emocional”, que básicamente consiste en utilizar la comida para distraer o anestesiar estados emocionales intensos. Este alivio con la comida está socialmente más aceptado que el de las drogas o el alcohol, por eso muchas personas lo eligen.

Es fundamental entender que el vínculo que se establece con la comida, no es otra cosa que la forma de percibir el mundo que tiene cada persona. La comida es un vínculo y como tal está cargado de cuestiones culturales, emocionales y sociales; ¿Qué pasa cuando se utiliza esta relación que se tiene con la comida para suplir otras cuestiones? Por ejemplo, para tranquilizar una angustia o la ansiedad ante una situación excede a la persona, como sustituto de algo que se siente que falta (un trabajo, una relación, la dificultad para sociabilizar adecuadamente) o para simplemente, aceptar la etapa vital en la que cada quien se encuentra.

Entre las causas emocionales que pueden llevar a comer en forma automática, se puede mencionar:

Por estrés: el masticar supone un gasto de energía y al implicar una forma de desgarrar y triturar (actividad vinculada a la agresión), se transforma en una forma de reducir la ansiedad, forma rápida y pasajera, pero al alcance de cualquier persona.

Por tristeza: algunas personas presentan un estado de ánimo muy bajo, sin entusiasmo para realizar tareas habituales, que notan como instintivamente aumenta su deseo de consumir chocolate, alimentos estimulantes, carne y otros productos ricos en proteínas e hidratos de carbono. Estos alimentos tienen en su composición química elementos que aumentan los niveles de serotonina, neurotransmisor que se encuentra disminuido cuando el ánimo está deprimido.

Por insatisfacción: si se tiene en el interior una sensación de vacío, se intenta llenarlo y comer es una forma fácil de hacerlo. El hecho cierto es que la comida distrae y produce una sensación de bienestar breve y fugaz, un efecto pasajero: luego de un rato, la persona vuelve a sentirse como antes.

Por carencia afectiva: en un intento de recrear episodios felices de la propia historia vinculada, en general a la madre nutricia.

Como forma de castigo: una manera de provocar el aislamiento por no sentirse merecedor/a de afecto. Generalmente, se vincula a la culpa por algo que se hizo o se pensó, y se auto-castiga engordando.

Por miedo: como modo de protegerse dentro del cuerpo, miedo a dejar de ser niña o niño, miedo a mostrarse deseada o deseado, miedo a tomar responsabilidades.

Por influencia de los seres queridos: el temor a la desnutrición o el mito que afirma, que la gordura es sinónimo de salud.

El aprendizaje de habilidades para la gestión de las emociones resulta imprescindible, además de que también es importante desarrollar la capacidad para sentirlas y expresarlas a través de la palabra, ejercitando paralelamente la capacidad de autodominio y auto conocimiento. Así, los tres pilares fundamentales para superar el síndrome del “comer emocional” son:

*La actitud tiene que ver con la posibilidad de modificar progresivamente el modo en que se piensa y se siente respecto del cuerpo, la comida y el movimiento, para fortalecer la decisión de hacer un cambio en la vida, aprendiendo a conocer y utilizar técnicas para reducir la ansiedad y el estrés.

*El estilo de vida tiene que ver con aprender nuevas conductas y maneras de gozar de la vida, de las relaciones y hasta de sí mismo, sin falsos apoyos como la comida, el atracón o la dieta exagerada, aprender a fortalecernos de manera individual y en grupo.

*Referente a la alimentación, hay que disfrutar de la comida sin culpa. La alimentación equilibrada es una de las claves para mejorar el estilo de vida. No hay alimentos prohibidos, solo conviene dar más preferencia a algunos y menos a otros.


domingo, 8 de enero de 2017

La importancia de consumir antioxidantes a medida que avanzan los años

El consumo adecuado de antioxidantes ayuda a minimizar los efectos de la oxidación celular // Foto: Google
  
Un factor clave en la función inmunológica del cuerpo y especialmente en la inmunidad de nuestras células, es encontrar un equilibrio entre el proceso de oxidación y la disponibilidad de antioxidantes. Y es que los antioxidantes son nutrientes necesarios para reparar y aumentar la producción celular, además de ayudar a eliminar las toxinas del organismo.

En todas las etapas de la vida, se deben cubrir las cantidades adecuadas de antioxidantes para mantener una buena respuesta inmune. Pero es más importante, incluir antioxidantes en la dieta a medida que se va envejeciendo, debido a que la respuesta del sistema inmunológico empeora a medida que las personas se van haciendo mayores. Esto ocurre, entre otros procesos, por el aumento en la formación de radicales libres, sustancias nocivas para el organismo.

Nutrientes como la vitamina B2, la vitamina C, el zinc, el selenio y los carotenoides, entre otros; tienen un elevado poder antioxidante y ayudan a minimizar los efectos negativos de la oxidación celular y, en consecuencia, ayudan a mantener un adecuado funcionamiento del sistema inmune. Es por todo ello, que llevar una alimentación rica en estos nutrientes con capacidad antioxidante, ayudará a responder a los agentes externos con mayor fortaleza.

sábado, 7 de enero de 2017

La salud dental está ligada a la del corazón

Una persona con problemas en las encías tiene más riesgos de padecer una enfermedad cardiovascular // Foto: Clínica dental Javier Blanco

¿Sabías que la periodontitis es un factor de riesgo cardiovascular? ¿Y que el uso prolongado de algunos medicamentos para combatir problemas crónicos de corazón, pueden tener consecuencias en tu salud bucodental? Estas son solo algunas de las conclusiones a las que han llegado algunos expertos, que además, insisten en la necesidad de la cooperación multidisciplinar como forma de abordar la enfermedad desde una perspectiva transversal.

Algunos de los vínculos, que se pueden establecer entre ambas enfermedades son:

Lo primero que se debe saber es que la enfermedad periodontal y la cardiovascular comparten dos factores de riesgo importantes como lo son el consumo del cigarro y la diabetes.

Pero, sin duda existe una relación más intensa. Esto se ha demostrado por diferentes caminos: primero por una asociación epidemiológica entre ambas patologías, ya que en los pacientes con enfermedad periodontal es frecuente encontrar enfermedad cardiovascular y viceversa; segundo, por reconocerse mecanismos que explican cómo una enfermedad afecta a la otra y en tercer lugar, porque las intervenciones sobre enfermedades periodontales parecen reducir el riesgo cardiovascular de los pacientes.

Por lo tanto, una persona con enfermedad de las encías es más propensa a padecer una enfermedad cardiovascular. Pero, ¿ocurre lo mismo a la inversa?

En esta cuestión, la dirección es en un solo sentido. Existen pruebas de que la periodontitis incrementa el riesgo cardiovascular, pero no en sentido contrario. Es diferente a la relación que se establece entre la periodontitis y la diabetes; en este caso sí existe una relación de bidireccionalidad. Ahora bien, sí que es verdad que determinados fármacos destinados a combatir enfermedades crónicas relacionadas con el corazón, pueden repercutir en el manejo de los pacientes en la consulta odontológica.

Entonces, los doctores deben explicar a sus pacientes que la periodontitis es un factor de riesgo a la hora de padecer una enfermedad cardiovascular, además de tratarla y evaluarla como tal. En segundo lugar, identificar el estado de salud bucodental de los pacientes con patología cardiovascular, a través de encuestas autoplicadas por el paciente ya validadas y, en el caso de identificar enfermedad periodontal, derivar al odontólogo para su adecuado tratamiento.
Por su parte, el dentista deberá en el futuro concienciarse de la necesidad de identificar en la clínica a pacientes con riesgo cardiovascular, no detectado previamente. Así, se puede ayudar a entrenar al personal de rehabilitación cardíaca para dar consejos de prevención periodontal. Y también, al igual que dan consejos sobre higiene bucal y contra el hábito de fumar, deberían empezar a incorporar a su práctica aquellos relacionados con salud y estilo de vida, que de forma conjunta, influirán beneficiosamente en las periodontitis y en el riesgo cardiovascular.

viernes, 6 de enero de 2017

Tratamientos para la artrosis

Se estima que para 2030 67 millones de adultos mayores de 18 años sufran esta enfermedad // Foto: SER

Por Beatriz Guzmán—La artrosis u osteoartritis es una enfermedad crónica que afecta la movilidad y calidad de vida de quienes la sufren, de hecho, la Organización Mundial de la Salud, la ubica entre las diez enfermedades que más discapacidades causan en el mundo.

Debido al aumento de la esperanza de vida y al envejecimiento de la población, la presencia de este trastorno degenerativo planea aumentar en los próximos años.

En 2030, 67 millones de adultos mayores de 18 años padecerán alguna forma de artritis y un 37% de estos, tendrá limitaciones en su actividad, según las estimaciones realizadas para Estados Unidos.
Las opciones terapéuticas para tratar la artrosis, dependen en todo caso de lo avanzada que esté la enfermedad.

Las primeras etapas, pueden ser tratadas con condroprotectores orales, antiinflamatorios e infiltraciones intraarticulares, que van normalmente acompañados de terapias no farmacológicas, como musculación, rehabilitación física, pérdida de peso, entre otros.

El cuidado de las articulaciones es clave en la prevención del desarrollo de esta patología. Así, los condroprotectores orales son una buena alternativa con eficacia clínica probada. Entre ellos, también hay fármacos como el condroitín sulfato, el sulfato de glucosamina y el ácido hialurónico.

Al igual que el colágeno, son sustancias endógenas que forman parte del cartílago y del líquido sinovial, que lubrican las articulaciones.

Todos ellos tienen una eficacia clínica parecida a la de los antiinflamatorios, pero la salvedad reside en que su efecto dura mucho más tiempo: hasta dos o tres meses después de terminar el tratamiento.

Síntomas menos conocidos del cáncer de mama

21% de los casos se pueden prevenir // Foto: Es momento

Por Beatriz Guzmán—Generalmente, el factor que revela la presencia de un cáncer de mama es la aparición de una inflamación en alguno de los senos. Sin embargo, hay otras señales que pueden indicar que la enfermedad se ha desarrollado.

El 21% de los casos de esta enfermedad a nivel mundial, están relacionados con factores de riesgo que podrían prevenirse.

Así lo evidencia, el hecho de que uno de seis diagnósticos comienza con síntomas que no incluyeron, la aparición de un bulto en los senos, según un estudio realizado por University College London, en la capital británica.

Los investigadores analizaron los síntomas de 2.300 mujeres que, recientemente, descubrieron que tenían la enfermedad.

Y detectaron que la mayoría de las pacientes en las que el cáncer no se manifestó con un bulto, postergó la visita al médico.

Algunos de estos síntomas son:

*Cambio en el tamaño o la forma de uno o ambos senos.

*Sangramiento en alguno de los pezones.

*Hundimiento en la piel del seno.

*Inflamación o bulto en las axilas.

*Erupción en el pezón o alrededor del mismo.

*Cambio en la apariencia del pezón, por ejemplo, que empiece a hundirse dentro del pecho.
El cáncer de mama es el más común entre las mujeres a nivel mundial. Según el Fondo Internacional de Investigación Mundial del Cáncer, en 2012 se diagnosticaron casi 2 millones de casos nuevos.

De acuerdo a la organización, esta cifra representa el 12% de la totalidad del diagnóstico del cáncer y, en el caso de las mujeres, equivale al 25% de los diferentes tipos de cáncer que afectan a la población femenina.

La celeridad con la que se trate el cáncer de mama, hace una gran diferencia en las posibilidades de sobrevivencia que tiene una mujer.

Pese a que no es posible identificar factores de riesgo específicos para la mayoría de las mujeres, la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que hay aspectos que pueden tomarse como indicadores de la propensión que tiene una mujer a desarrollar la enfermedad.

Entre estos, se encuentran factores hereditarios, como el que la madre o abuela de una mujer hayan sufrido de cáncer de seno.

Elementos relacionados con el sistema reproductivo femenino, también son importantes.

La exposición prolongada a los estrógenos, causada por una menarquía temprana, una menopausia tardía o un embarazo alrededor de los 40 años, se consideran factores de riesgo.

Métodos anticonceptivos orales y terapias de reemplazo hormonal entran dentro de ese grupo.

La OMS señala que 21% de los casos de cáncer de seno a nivel mundial están relacionados con factores de riesgo modificables, lo que quiere decir que podrían prevenirse. Estos son el consumo de alcohol, el sobrepeso y la falta de actividad física.

Países con más incidencia de cáncer:

Según las estadísticas, en los países desarrollados hay una prevalencia ligeramente mayor de la enfermedad (53%), en comparación con otras regiones del mundo.

1.- Bélgica.

2.- Dinamarca.

3.- Francia.

4.- Holanda.

5.- Bahamas.

6.- Islandia.

7.- Reino Unido.

8.- Barbados.

9.- Estados Unidos.

10.- Irlanda.

Fuente: Fondo Internacional de Investigación Mundial del Cáncer (datos de 2012)

jueves, 5 de enero de 2017

Libera el estrés a través de los dedos con esta técnica japonesa

Cada dedo representa una emoción o dolencia, que puede ser tratada en cuestión de segundos // Foto: Google

Por Beatriz Guzmán—El estilo de vida que actualmente llevan muchas personas, cada día parece ser más intenso. La gente va y viene tan rápido por la vida, que apenas y disfrutan de las cosas buenas que ofrece el mundo.

Se vive de manera tan acelerada que todo termina causando estrés, cansancio y fatiga en la mayoría de los casos. Esto se puede notar fácilmente, pues los músculos comienzan a tensarse y a doler, sobre todo los de la espalda y hombros. El mal humor, cansancio, falta de ánimo y agotamiento; también aparecen.

Por fortuna, existe una maravillosa técnica practicada por el pueblo japonés desde tiempos muy antiguos, en donde todo el poder se centra en los dedos y ayuda de una manera increíble a eliminar todas las dolencias del cuerpo y la mente.

Para iniciar, hay que saber que cada uno de los dedos refleja un sentimiento o emoción en específico, además, se dice que si se sujetan cada uno de tus dedos de una mano con la otra y se ejerce presión por algunos segundos, se podrá erradicar emociones negativas o dolencias que corresponden de manera particular a cada uno de los dedos.

Dedo meñique: al presionar este dedo, se logra calmar la ansiedad y sentir serenidad. También, se elimina el pesimismo y las energías se concentran en lograr aquello que tanto te propones.

Dedo anular: la técnica en este dedo logra suprimir la depresión, la tristeza y melancolía. Además, es buenísimo para ayudar a la hora de hacer una elección o tomar una decisión; aumenta el nivel de concentración.

Dedo mayor: el aplicar la técnica en este dedo, ayuda a poder frenar y controlar los sentimientos y emociones, tales como la ira, el enojo o cólera; así como también, la frustración y sentimientos que disparan hacia el “odio”, sentimientos que debes eliminar completamente, pues no te hacen ningún bien.

Dedo índice: el sujetar este dedo ayuda a controlar todos y cada uno de tus miedos.

Dedo pulgar: al hacer presión en él y sujetarlo, podrás eliminar todas tus preocupaciones, nervios y emociones a causa del estrés.

Cuando decidas aplicar esta técnica, asegúrate de sujetar todos los dedos de tu otra mano, con el puño cerrado, el dedo según los resultados que deseas obtener. Se recomienda practicar esta técnica de manera alternativa, es decir, dejando pasar de unos 20 a 30 segundos entre dedo y dedo.