domingo, 1 de enero de 2017

Curiosidades y un mito sobre los edulcorantes


La sucralosa supone un peligro para el medio ambiente pues no se descompone y gran parte de ella termina en los océanos // Foto: Familias con Diabetes

Por Beatriz Guzmán—Probablemente, la parte más difícil al momento de empezar una dieta es tener que eliminar o limitar el consumo de aquellos alimentos que más nos gustan, como la comida chatarra y los dulces. Y qué difícil es resistirse a la tentación de comer esas galletas, tortas o refrescos. Es por eso, que la industria alimenticia ha aprovechado esto y ha sabido capitalizarlo con los edulcorantes artificiales.

En el mercado hay decenas de estos sustitutos, aunque los más conocidos son el aspartame, la sacarina y la sucralosa. Si bien, es mucho lo que hemos escuchado hasta ahora de estos productos, es posible que todavía queden algunas cosas que quizás no sepas.

¿Hay edulcorantes artificiales naturales? Si está procesado y refinado, no es natural.

Si hablamos de los edulcorantes en general, la respuesta es afirmativa, puesto que de acuerdo con la Real Academia Española de la Lengua, la miel y el azúcar son edulcorantes naturales.

Ahora bien, si lo que tienes en mente es la stevia como sustituto natural del azúcar, la respuesta es más complicada. La stevia, una planta que durante mucho tiempo se ha usado en Paraguay y Brasil para endulzar, se puede encontrar en supermercados de muchos países del mundo.

Ha sido anunciado como el "edulcorante milagroso" y el "santo grial de la industria de la comida", debido a sus orígenes naturales y sus aclamados beneficios para la salud. Pero, la clínica Mayo de Estados Unidos, advierte que esta también es artificial, debido a que se trata de un producto refinado y procesado.

Y si la razón por la que la consideramos natural es porque viene de una planta, entonces hay que tomar en cuenta, que no es la única: la sucralosa (Splenda), se saca del azúcar.

No todas son buenas para todo. Los edulcorantes hechos con sucralosa son excelentes sustitutos para hornear.

Hoy en día, los edulcorantes artificiales tienen todo tipo de usos, tanto industriales como en el hogar. Si nos fijamos bien en los ingredientes de lo que compramos, no es de extrañar que los encontremos en enlatados, productos lácteos y comidas procesadas.

Pero, no siempre es el mismo tipo de edulcorantes.

El aspartame, por ejemplo, no es recomendable para hornear, porque con el calor pierde parte de su sabor dulce.

Mientras que la sucralosa, que se saca del azúcar y se modifica genéticamente para no tener calorías, se mantiene dulce a altas temperaturas; lo que la hace una excelente sustituta del azúcar para cocinar.

Costo medioambiental. La sucralosa no se descompone y termina en los océanos.

Los cultivos para producir azúcar han estado bajo la lupa de organizaciones medioambientales.
El Fondo Mundial para la Naturaleza ha advertido de la pérdida de biodiversidad en islas tropicales, "como resultado de la conversión del hábitat" para esta producción.

Sin embargo, edulcorantes artificiales como la sucralosa, también generan un costo a la naturaleza. Según un estudio de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte publicado recientemente, la gran mayoría de sucralosa consumida por los humanos termina en los océanos.

Esto se debe a que, según el estudio de 2013, la sucralosa no se puede romper en el tracto digestivo. "Como resultado, el cuerpo absorbe muy poca o ninguna caloría y el 90% del compuesto químico sale de nuestro cuerpo hacia el sistema de aguas residuales".

El problema está en que, de acuerdo con la revista Scientific American, como la sucralosa tampoco puede ser descompuesta por la mayoría de las plantas de tratamiento de residuos, "termina en los océanos donde los efectos a largo plazo están todavía por conocer".

Y el mito.

El aspartame pierde su sabor dulce cuando se somete a altas temperaturas.

Durante décadas, los edulcorantes artificiales han estado bajo el escrutinio de científicos que intentan determinar de una vez por todas, si estos productos son dañinos para la salud.

Quienes hacen campaña contra estos edulcorantes, aseguran que son peligrosos para la salud, en parte debido a estudios hechos en ratones publicados en los años 70 en que se vinculaba la sacarina con cáncer de vesícula.

Pero ¿Realmente los edulcorantes son malos para la salud?

Sin embargo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, al día de hoy, no existe evidencia científica que indique que los edulcorantes artificiales aprobados en ese país, puedan causar cáncer o cualquier otro problema de salud.

Mientras que la Clínica Mayo asegura, que muchos estudios han confirmado que por lo general, los edulcorantes artificiales son seguros, si se consumen en cantidades limitadas; "incluso en mujeres embarazadas".

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