La sucralosa
supone un peligro para el medio ambiente pues no se descompone y gran parte de
ella termina en los océanos // Foto: Familias con Diabetes
Por Beatriz Guzmán—Probablemente, la parte más difícil al momento
de empezar una dieta es tener que eliminar o limitar el consumo de aquellos
alimentos que más nos gustan, como la comida chatarra y los dulces. Y qué
difícil es resistirse a la tentación de comer esas galletas, tortas o refrescos.
Es por eso, que la industria alimenticia ha aprovechado esto y ha sabido
capitalizarlo con los edulcorantes artificiales.
En el mercado hay decenas de estos
sustitutos, aunque los más conocidos son el aspartame, la sacarina y la
sucralosa. Si bien, es mucho lo que hemos escuchado hasta ahora de estos
productos, es posible que todavía queden algunas cosas que quizás no sepas.
¿Hay edulcorantes artificiales naturales? Si está procesado
y refinado, no es natural.
Si hablamos de los edulcorantes en
general, la respuesta es afirmativa, puesto que de acuerdo con la Real Academia
Española de la Lengua, la miel y el azúcar son edulcorantes naturales.
Ahora bien, si lo que tienes en
mente es la stevia como sustituto natural del azúcar, la respuesta es más complicada.
La stevia, una planta que durante mucho tiempo se ha usado en Paraguay y Brasil
para endulzar, se puede encontrar en supermercados de muchos países del mundo.
Ha sido anunciado como el
"edulcorante milagroso" y el "santo grial de la industria de la
comida", debido a sus orígenes naturales y sus aclamados beneficios para
la salud. Pero, la clínica Mayo de Estados Unidos, advierte que esta también es
artificial, debido a que se trata de un producto refinado y procesado.
Y si la razón por la que la consideramos
natural es porque viene de una planta, entonces hay que tomar en cuenta, que no
es la única: la sucralosa (Splenda), se saca del azúcar.
No todas son buenas para todo. Los edulcorantes hechos con
sucralosa son excelentes sustitutos para hornear.
Hoy en día, los edulcorantes
artificiales tienen todo tipo de usos, tanto industriales como en el hogar. Si
nos fijamos bien en los ingredientes de lo que compramos, no es de extrañar que
los encontremos en enlatados, productos lácteos y comidas procesadas.
Pero, no siempre es el mismo tipo
de edulcorantes.
El aspartame, por ejemplo, no es
recomendable para hornear, porque con el calor pierde parte de su sabor dulce.
Mientras que la sucralosa, que se
saca del azúcar y se modifica genéticamente para no tener calorías, se mantiene
dulce a altas temperaturas; lo que la hace una excelente sustituta del azúcar
para cocinar.
Costo medioambiental. La sucralosa no se descompone y
termina en los océanos.
Los cultivos para producir azúcar
han estado bajo la lupa de organizaciones medioambientales.
El Fondo Mundial para la Naturaleza
ha advertido de la pérdida de biodiversidad en islas tropicales, "como
resultado de la conversión del hábitat" para esta producción.
Sin embargo, edulcorantes
artificiales como la sucralosa, también generan un costo a la naturaleza. Según
un estudio de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte publicado
recientemente, la gran mayoría de sucralosa consumida por los humanos termina
en los océanos.
Esto se debe a que, según el
estudio de 2013, la sucralosa no se puede romper en el tracto digestivo. "Como
resultado, el cuerpo absorbe muy poca o ninguna caloría y el 90% del compuesto
químico sale de nuestro cuerpo hacia el sistema de aguas residuales".
El problema está en que, de acuerdo
con la revista Scientific American, como la sucralosa tampoco puede ser
descompuesta por la mayoría de las plantas de tratamiento de residuos,
"termina en los océanos donde los efectos a largo plazo están todavía por
conocer".
Y el mito.
El aspartame pierde su sabor dulce
cuando se somete a altas temperaturas.
Durante décadas, los edulcorantes
artificiales han estado bajo el escrutinio de científicos que intentan
determinar de una vez por todas, si estos productos son dañinos para la salud.
Quienes hacen campaña contra estos
edulcorantes, aseguran que son peligrosos para la salud, en parte debido a
estudios hechos en ratones publicados en los años 70 en que se vinculaba la
sacarina con cáncer de vesícula.
Pero ¿Realmente los edulcorantes
son malos para la salud?
Sin embargo, de acuerdo con el
Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, al día de hoy, no existe
evidencia científica que indique que los edulcorantes artificiales aprobados en
ese país, puedan causar cáncer o cualquier otro problema de salud.
Mientras que la Clínica Mayo
asegura, que muchos estudios han confirmado que por lo general, los
edulcorantes artificiales son seguros, si se consumen en cantidades limitadas;
"incluso en mujeres embarazadas".
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