Se estima
que para 2030 67 millones de adultos mayores de 18 años sufran esta enfermedad
// Foto: SER
Por Beatriz Guzmán—La artrosis u osteoartritis es una enfermedad
crónica que afecta la movilidad y calidad de vida de quienes la sufren, de
hecho, la Organización Mundial de la Salud, la ubica entre las diez
enfermedades que más discapacidades causan en el mundo.
Debido al aumento de la esperanza
de vida y al envejecimiento de la población, la presencia de este trastorno degenerativo
planea aumentar en los próximos años.
En 2030, 67 millones de adultos
mayores de 18 años padecerán alguna forma de artritis y un 37% de estos, tendrá
limitaciones en su actividad, según las estimaciones realizadas para Estados
Unidos.
Las opciones terapéuticas para
tratar la artrosis, dependen en todo caso de lo avanzada que esté la
enfermedad.
Las primeras etapas, pueden ser
tratadas con condroprotectores orales, antiinflamatorios e infiltraciones
intraarticulares, que van normalmente acompañados de terapias no
farmacológicas, como musculación, rehabilitación física, pérdida de peso, entre
otros.
El cuidado de las articulaciones es
clave en la prevención del desarrollo de esta patología. Así, los
condroprotectores orales son una buena alternativa con eficacia clínica
probada. Entre ellos, también hay fármacos como el condroitín sulfato, el
sulfato de glucosamina y el ácido hialurónico.
Al igual que el colágeno, son
sustancias endógenas que forman parte del cartílago y del líquido sinovial, que
lubrican las articulaciones.
Todos ellos tienen una eficacia
clínica parecida a la de los antiinflamatorios, pero la salvedad reside en que
su efecto dura mucho más tiempo: hasta dos o tres meses después de terminar el
tratamiento.
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