Los padres
son el principal ejemplo y la imaginación al momento de presentar los platos
influye en la alimentación de los más pequeños // Foto: kindertwister.mx
Por Beatriz Guzmán—Posiblemente los niños sean las principales
víctimas de ciertos anuncios publicitarios, donde se decantan por dulces,
frituras, chocolates, etc; y la consecuencia es que desde pequeños sientan un
rechazo a las verduras o vegetales, lo que provoca que los padres entren en
desesperación y ante esto y no saber qué hacer, terminen complaciendo a los
niños con alimentos poco beneficiosos para ellos.
Hay trucos para que coman verduras
que funcionan de verdad. El pescado, los cereales integrales… Todo puede
resultar apetitoso a los ojos de un niño, si los padres usan la imaginación a
la hora de presentárselos en el plato.
El mejor ejemplo son sus papás:
Puede que los hijos no escuchen siempre
que les hablan, pero ven a sus papás cada día. Por eso, ellos son su mejor ejemplo para que adquieran
hábitos saludables a la hora de comer.
Si los hijos ven que sus papás
comen de forma desordenada, que ni incluyen comidas saludables en su dieta,
ellos adoptarán este ejemplo. Así, que si los padres adoptan buenos hábitos
alimenticios, no solo sus hijos los tendrán, sino que es una buena manera para
que toda la familia coma sano.
En la mesa, sin TV y siguiendo un horario:
Los niños necesitan rutinas y el
momento de comer no es una excepción. Se debe procurar, que las comidas
principales sigan un horario establecido. Así se evitará, el picoteo
innecesario y se equilibra mejor las ingestas de alimentos. Lo ideal es que la
comida sea en la mesa y sin ver la televisión, ya que se ha comprobado que
cuando los niños están atentos a la pantalla ingieren más comida de la que
necesitan, pues están menos alerta ante las señales de saciedad.
Solo en contadas ocasiones:
Los niños no deberían tomar azúcar
ni sal en exceso, ni tampoco grasas trans ni determinadas comidas. Es muy
difícil alejarlos por completo de todo ello, así que lo recomendable es que si
lo toman, sea en ocasiones muy contadas. Por ejemplo, de merienda uno que otro
día a la semana y para beber, siempre que se pueda, agua.
La comida y la imagen:
Para que los niños tengan una
relación saludable con la comida es importante que no se utilice ni como premio
ni como castigo. Deben comprender la comida, sirve para alimentarse como fin
principal y no para aliviar tensiones o liberar emociones. Además, hay que
evitar juzgar al niño por su aspecto físico. Si desde pequeño tiene una elevada
autoestima basada en quién es y no en cómo es físicamente, se consigue
protegerlos más ante trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia.
El complemento perfecto de una dieta
saludable es una rutina adecuada de ejercicio físico. Sin embargo, los niños
son cada vez más sedentarios, juegan menos en espacios abiertos y todo ello, redunda en preocupantes tasas de obesidad infantil y en niños, con un índice de
masa corporal muy por encima de lo deseable. Por ello, si se cuida la dieta de
los niños, hay que cuidar también su forma física y anímalo a practicar algún
deporte, ejercitarse en familia, puede ser una excelente dinámica.
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