lunes, 17 de octubre de 2016

Ejercitarse en una ciudad contaminada ¿qué tan malo es?

Para que los efectos de la contaminación sean mayores que los beneficios del ejercicio, se deben pasar 16 horas diarias caminando entre las sustancias tóxicas // Foto: lavanguardia.com

Por Beatriz Guzmán—En muchas ciudades del mundo, se está adoptando la movilización a pie o en bicicleta para intentar reducir la contaminación causada por el humo de los carros, además de que son excelentes opciones para ejercitarse de camino al trabajo, al colegio o a la universidad. 

Sin embargo, muchos de los que van a pie, se quejan porque cada vez que el conductor pisa el acelerador y los vehículos se mueven, quedan expuesto ante una nube negra de gases que inevitablemente tienen que atravesar.

Eso sin tomar en cuenta, las partículas contaminantes que quedan en el aire generadas por las fábricas o los hogares.

Es ahí, cuando entran las dudas sobre si sería mejor no caminar camino a determinado destino. Es cierto que los altos niveles de contaminación de las grandes ciudades representan un riesgo para la salud, ¿pero hasta qué punto, se debe preocupar la gente?

Varios expertos en el tema afirman, que lo peor que se puede hacer es dejar de hacer ejercicio. "La mayoría de los trabajos científicos existentes en ciudades contaminadas y el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNTs), evidencia que el beneficio de la actividad física y el ejercicio regular en ambientes contaminados supera los riesgos de la práctica", explica la doctora Sandra Mahecha, especialista de medicina deportiva de la Clínica MEDS en Santiago de Chile.

Para explicarlo de una forma gráfica, la doctora alertó que "se mueren más personas por ser sedentarias, que por hacer actividad física en ambientes contaminados".

Un amplio estudio elaborado por investigadores de Reino Unido, Suiza, España y Brasil; demostró que los efectos del transporte activo (pedalear y caminar) en las ciudades, incluso en aquellas con altos niveles de contaminación, producen más beneficios a las personas, que los riesgos que se corren por estar expuestos a las partículas en el aire.

Los investigadores analizaron los puntos a partir de los cuales, la actividad física como medio de transporte comenzaban a tener efectos negativos para la salud y la conclusión fue, que en la mayoría de las ciudades estudiadas eran necesarias más de siete horas pedaleando o 16 horas caminando al día para que los perjuicios contrarrestaran los efectos positivos.

"Incluso en Nueva Dehli, una de las más contaminadas del mundo, la gente tendría que andar en bicicleta más de cinco horas a la semana para que las personas sufran un efecto negativo con la actividad física", comentó el doctor Marko Tainio, líder de la investigación que se publicó en la revista Preventive Medicine.

Es difícil evitar estar expuesto a la contaminación que hay en las ciudades.

Santiago de Chile, una de las ciudades más contaminadas de América Latina tiene una guía de recomendaciones de actividad física dependiendo de la calidad del aire en determinados momentos.

El Ministerio de Salud de ese país, se refiere a cuatro escenarios: bueno, alerta, preemergencia y emergencia. En esta última, la única en la que se recomienda no hacer ninguna actividad física adicional al esfuerzo que requiere la rutina laboral diaria.

La guía alerta que toda la población debe preocuparse y que los grupos de personas sensibles, aquellas con enfermedades cardiovasculares, pulmonares, mujeres embarazadas, niños menores de 12 años y adultos mayores de 60; deberían permanecer en lugares cerrados.

Al hacer ejercicio de intensidad moderada a vigorosa, se aumenta la respiración y con esto, la ingesta de partículas contaminantes que tienen efecto negativo para la salud.

Una de las recomendaciones es tratar de correr o rodar por calles poco transitadas.

Si bien, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que la contaminación en el mundo es responsable de 37 millones de muertes prematuras, en ningún momento hizo mención a la actividad física en lugares contaminados como una de las causas.

Es verdad que algunas partículas presentes en el aire contaminado, pueden desencadenar episodios de asma, bronquitis, irritación ocular, inflamación del tracto respiratorio, aumento de hospitalizaciones y mortalidad; pero los riesgos de padecer de estos problemas, se disminuyen considerablemente con el ejercicio.

"La evidencias científicas de las últimas décadas son claras en mostrar el papel benéfico que la actividad física tiene en reducir en aproximadamente un 30% la mortalidad prematura por cualquier causa", agregó la especialista de la clínica MEDS.

Al menos 30 minutos diarios, reduce la prevalencia de las principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo como las enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y cáncer.

La principal precaución que se puede tomar es evitar los lugares con mayor concentración, como las zonas con alto tránsito de vehículos. Se puede evitar, la actividad física en horarios cercanos al medio día, que es el momento cuando se suele registrar los niveles más altos de contaminación.

Otros consejos es hacer ejercicio en calles paralelas a las principales arterias de tránsito de la ciudad, variar el tipo de ejercicio de uno aeróbico a uno de flexibilidad o de fortalecimiento muscular, o simplemente restringir la actividad física a lugares cerrados.

La contaminación no debe servir como una barrera más para no hacer ejercicio de manera regular, así sea una actividad moderada como caminar.

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