La forma en
la que se dicen las cosas depende del grado de compromiso que se tenga con la
meta // Foto: GQ México
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Por Beatriz Guzmán—De acuerdo con una pareja de investigadores de
University of Houston y de Boston College, la forma en la que se rechazan las
tentaciones tiene una gran influencia en el resultado, que se quiere obtener
cuando se busca bajar de peso.
La investigación consistió en
separar en dos a un grupo de estudiantes, el experimento consistía en ofrecer
una barra de chocolate o granola a ambos grupos, uno de ellos debía decir “no
puedo” y el otro “no hago”.
Resulta que los estudiantes que
dijeron “no puedo” escogieron el chocolate 61% de las veces, pero los otros
solo lo escogieron 36% del tiempo. Según los investigadores, el decir “no hago”
les dio un sentido de poder a los estudiantes; y eso hizo la diferencia.
Pero el estudió no quedó solo ahí,
quisieron llevarlo a la vida real. Por lo que 30 mujeres, que querían mejorar
su salud fueron reclutadas para el experimento.
Le pidieron a cada una que
definiera una meta de salud y bienestar a largo plazo y las dividieron en tres
grupos. Le dijeron a un grupo, “solo di no” cuando sientas una tentación. Este
era el grupo de control, ya que no tenía una estrategia específica. Otro grupo
debería decir, “no puedo hacer” y el tercero, “no hago”.
El segundo grupo diría, por
ejemplo, “no puedo faltar a la clase de yoga” y el tercero, “no falto a la
clase de yoga”.
Luego de diez días, el grupo de
“solo di no” tenía tres personas bien encaminadas en su meta. El grupo de “no
puedo hacer” tenía una, y el de “no hago” tenía ocho, una ventaja considerable.
Cambiar una palabra les ayudaba a persistir.
¿Por qué funciona? Cuando las personas
dicen, “no puedo hacer” están reafirmando sus limitaciones. Lo resisten porque
parece que están perdiendo libertad. No es algo que escogen, sino una restricción. Al decir, “no hago” están reafirmando su
voluntad. Es una elección, no una imposición. Reafirma el poder y control y así
los alimenta.
Hay un giro curioso con el estudio;
y es la excepción a la regla. Para entenderla hay que ver la diferencia entre
metas internas y externas. Las metas
internas salen de las personas y las externas reflejan cómo se quiere lucir
ante el mundo. Si se busca bajar de peso porque al verse en el espejo se
quieren sentir bien, es una meta interna. “Mi mejor amigo se casa en un mes y quiero
lucir bien para la boda”; es una meta externa.
Resulta que para las metas
externas, el “no puedo”, funciona mejor. El compromiso y responsabilidad con
algo externo puede funcionar a favor. Ayuda a enfocarse en el compromiso con la
meta, en vez de enfocarse en las limitaciones.
“No puedo” funcionaría si se enfoca
en la próxima vez que irá a pesarse. Así que para esa boda, si te comes o no un
pedazo de torta, por ejemplo, depende en parte, de por qué se quiere lucir
bien.
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