Simples
cambios como levantarse más temprano pueden hacer la diferencia // Foto:
entrena-t.com
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Por Beatriz Guzmán—La suma de muchos factores como el estrés, la
carga de responsabilidades, el horario del trabajo, los hijos o la edad; van
dejando como resultado la falta de energía del día a día.
Sin embargo, por muy abrumador que
se pueda ver el panorama o por muy cansado que se esté, aún hay maneras de
recuperar la vitalidad. Pequeños cambios hacen la diferencia y en poco tiempo
se observan los resultados.
Ajustar el reloj: las personas que se levantan temprano tienden a
ser más productivas. Entonces, es hora de seguir este ejemplo y empezar
adelantando el despertador 15 minutos e ir incrementando el tiempo hasta sumar
1 hora, lapso en el que se puede salir a caminar,
revisar las noticias con calma, darse un baño con toda la paciencia o adelantar algunos quehaceres como la comida de la cena.
Meditar: para esta actividad no hay que ser un yogui profesional,
ya que el principio básico es la respiración, todo lo que hay que hacer es
inhalar y exhalar durante unos minutos. Al mismo tiempo, elevar los brazos y
unir las manos por encima de la cabeza. Este simple ejercicio es excelente para
llenarse de vigor.
Reír y jugar: bien sea con los hijos, hermanos, pareja; nada
enriquece tanto el alma como pasar ratos agradables en compañía de los seres
queridos. Aprovecha y planifica idas a la playa, pequeñas excursiones o un
simple maratón de series o películas.
Tener una actitud positiva: el entusiasmo se nutre día a día y es
afectado, tanto por las actividades que se hacen como por lo que se piensa.
Tener pensamientos positivos, al igual que reconocer el esfuerzo propio ayudará
a “pasarse el chip”.
Sorprenderse a sí mismo: escuchar, leer, sentir, degustar, bailar,
crear. Hacer lo que te hace feliz y si no sabes con exactitud qué es, no te desanimes,
siempre se pueden buscar más opciones. La vitalidad es una condición
propiamente humana, que combina fuerza física y mental, encuentra la tuya.
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