viernes, 28 de octubre de 2016

¿Hasta qué punto podría ser bueno estresarse?

El estrés a corto plazo puede ayudar a fortalecer al sistema inmunológico // Foto: saludcasera.com

Por Beatriz Guzmán—Aunque todos o al menos la gran mayoría, odie estresarse por las consecuencias negativas que esto trae, como la pérdida de apetito, insomnio, ansiedad, etc; hay situaciones en las que el estrés, cuando no es excesivo, podría ser útil.
Algunos de estos casos son:

Herramienta de sobrevivencia: en los casos de accidentes o de ataques, el cuerpo inicia una respuesta ante el estrés, mejor conocida en el campo médico como “Síndrome de Adaptación General”. Esta reacción consiste en la aceleración de la respiración y el corazón, así como la activación de los sistemas nervioso y endocrino.

Cuando esto ocurre, el flujo sanguíneo se incrementa en el corazón, los pulmones y el cerebro; al tiempo que disminuye hacia órganos que no son muy importantes en estas situaciones, como los que forman parte de los sistemas digestivo y urinario.

En una segunda etapa, llamada “resistencia”, nuevas hormonas refuerzan las que se liberaron al principio del proceso. Es así como el cuerpo retiene sales y agua, en caso de que la presión sanguínea baje, porque la persona está sangrando. También, se producen más carbohidratos y los que están almacenados, son liberados con mayor rapidez con el objetivo de darle al organismo más energía.

Agiliza las funciones cognitivas y la respuesta del cerebro: una investigación realizada en Estados Unidos afirma que cuando el estrés no es crónico, puede optimizar el funcionamiento del cerebro. Esto sucede, porque los eventos intermitentes y estresantes son los que mantienen al cerebro en alerta y el organismo reacciona mejor en esta situación.

Estimula el sistema inmunitario en el corto plazo: el estrés, puede ayudar al cuerpo a combatir las bacterias cuando está sometido a estrés. Cuando alguien se enferma, el estrés hace que se generen hormonas con el objetivo de combatir los gérmenes.
Este tipo de estrés es particularmente efectivo cuando la enfermedad se está empezando a desarrollar, justamente cuando el cuerpo necesita más ayuda.

Fortalece el carácter: estudios señalan que tener un enfoque positivo con el estrés, puede ayudar a manejar los efectos del mismo de mejor manera.

Incluso, los eventos más traumáticos y estresantes, pueden ayudar a las personas a crecer, porque les permite desarrollar su fortaleza mental, buscar nuevas perspectivas y generar vínculos con los demás.

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