Además de
elegirlos por cómo lucen, los zapatos deben escogerse por su comodidad y
beneficios a la salud // Foto: demoda
Por Beatriz Guzmán—Una persona puede dar unos 10.000 pasos al día,
por lo que durante su vida, podría caminar el equivalente a recorrer cuatro
veces el planeta. Ahora bien, ¿nos hemos puesto a pensar, que todo el peso de
nuestro cuerpo es sostenido por los pies en cada paso que damos? Creo que no
todos lo hacen.
Por esto y más es importante elegir
un buen calzado, que garantice nuestro bienestar y calidad de vida. Pero en la
práctica, esto no siempre ocurre y muchas veces, preferimos elegir las
tendencias y diseños más llamativos antes que nuestra salud.
Hay unas reglas de oro para
aprender a elegir el calzado correcto:
Lo primero, no puede faltar el
confort. Hay que elegir un modelo que no produzca molestias al caminar. Además,
debe proporcionar estabilidad, de este modo, la planta del pie queda firme y
protegida. También, se deben elegir zapatos ligeros, que al mismo tiempo,
puedan amortiguar el impacto de los pies contra el suelo; así se evitan los
dolores de espalda y molestias musculares.
Conoce tu pie
El pie humano se clasifica de tres
formas: pie griego, pie cuadrado y pie egipcio. Por ejemplo, el pie griego es
aquel donde el dedo adyacente al dedo gordo presenta la misma altura que este.
El pie cuadrado es cuando todos los dedos se encuentran a la misma altura, y en
cuanto al pie egipcio, se identifica cuando el dedo gordo es más largo que el
resto.
Al mismo tiempo, existen pies
pronadores (pisan hacia dentro), pies supinadores (pisan hacia afuera) y pies
neutros (no existen desviaciones). Cada uno de estos elementos, permitirá
elegir un calzado adecuado acorde a la fisonomía de cada pie.
Atento a las tallas
No todos los fabricantes establecen
una medida estándar para sus zapatos. Actualmente, existe la numeración
europea, la estadounidense y la inglesa, por lo que siempre es importante que medir
el zapato y no relegar toda la confianza en estos sistemas de medición. La
recomendación es usarlos como una referencia inicial. Además, la medida del pie,
puede variar a lo largo del día, al igual que en ciertas épocas del año como el
verano o el invierno.
Sé práctico
Es importante que establecer desde
el comienzo, la utilidad que tendrá el calzado. No es lo mismo, elegir un
modelo que se usará todo el día, durante todo el año, a tener que elegir un
calzado destinado solamente para actividades puntuales como realizar
ejercicios, salir de paseo, acudir a una fiesta, etc.
El material, muy importante
Hoy en día, el mercado pone a
nuestra disposición una amplia variedad de materiales de zapatos, desde el
cuero hasta la piel sintética. Conviene entonces, conocer a fondo las ventajas
y desventajas de cada caso, para asegurar algunas cuestiones importantes para
la salud como la transpirabilidad, la impermeabilidad y la predisposición a
sufrir de rozaduras y callos.
Una recomendación importante es no
comprar zapatos de plástico, optar por los que sean más cómodos y flexibles.
Las suelas antideslizantes, también deben ser un aspecto a considerar y si
poseen un tacón, pues mucho mejor. Para evitar ampollas, callos, raspones,
espolones y juanetes; el calzado debe ser cómodo y ajustarse perfectamente al
pie.
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