La educación
alimentaria es clave para prevenir problemas como desnutrición u obesidad en
niños y adolescentes // Foto: guiainfantil.com
Por Beatriz Guzmán—Una dieta balanceada y el aprendizaje de buenos
hábitos alimenticios, asientan las bases para tener una vida sana. En la etapa
de crecimiento, la nutrición ideal debe contener una carga calórica de 1.300 a
2.000 calorías diarias de acuerdo con los factores como edad, sexo, actividades
diarias y estilo de vida; repartidos en tres comidas principales y dos
meriendas, con el objetivo de compensar la liberación de energía por la
actividad física.
Durante el crecimiento y la etapa
del desarrollo, los niños deben tener una dieta variada y moderada que
contenga, vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y grasas en
proporciones adecuadas. Dichos nutrientes son metabolizados por el organismo y
le proporcionan, la energía que requiere para su correcto funcionamiento y el
cumplimiento de las tareas diarias.
En la etapa escolar, cuando el niño
se encuentra en pleno desarrollo, la dieta debe ir dirigida a un menú con mayor
carga calórica, que le permita incrementar sus capacidades de aprendizaje. Por
lo tanto, se recomienda evitar los alimentos ricos en azúcares y grasas trans o
saturadas.
La educación alimentaria y
nutricional en la familia y en los colegios es un aspecto importante para
prevenir problemas de salud como la desnutrición, diabetes, obesidad, inmunodeficiencias,
entre otros. También, la periódica evaluación de un profesional durante la
etapa del crecimiento y desarrollo, puede corregir a tiempo, malos hábitos
alimentarios.
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