Millones de
personas en el mundo invierten grandes cantidades de dinero en maquillaje, que
muchas veces contiene sustancias peligrosas para la salud y son desconocidas //
Foto: Megalindas
Por Beatriz Guzmán—El maquillaje forma parte del día a día de
millones de mujeres y hombres en el mundo. La base, el colorete, la sombra de
ojos, el rímel; todos estos cosméticos, esconden secretos que las grandes
industrias no quieren revelar, porque no son de su interés. Sí, hablamos de las
sustancias químicas peligrosas que contienen y que seguramente, muchas personas
desconocen.
Según un estudio realizado en
España, cada año se venden más de 85 millones de unidades de esmalte de uñas,
máscara de pestañas y otros productos de maquillaje para el rostro. ¿Cómo se
traducen esas cifras? Las mujeres españolas gastan de media al año más de 30
euros en estos cosméticos.
La cultura del maquillaje está
plenamente establecida en la sociedad, adelantando las adolescentes, la fecha
en la que empiezan a sentir interés para que sus labios tengan un color
especial o sus ojos ganen intensidad con el rímel.
Sin embargo, muchas mujeres
desconocen que abusar de esos cosméticos, puede ser peligroso para la salud. Se
trata de informaciones que las grandes compañías omiten, pero que
investigaciones como la de la Fundación Susuki advierten que hay ocho
sustancias utilizadas en los productos de cuidado personal (también, se incluye
ahí a champús, jabones, cremas, perfumes, etc); que se deberían evitar.
Plomo:
Si se utiliza lápiz de labios, hay
saber que la gran mayoría de marcas incluyen plomo a la hora de componer este
cosmético. En el año 2007, la Campaña por Cosméticos Seguros halló el
componente químico en más de la mitad de las marcas analizadas.
La presencia del plomo en los
lápices de labio está, por así decirlo, “escondida”, es decir, al fijarnos en
los ingredientes del producto, no se encontrará nada al respecto. El plomo, se
aloja a través de las materias primas que están contaminadas y que se utilizan
para fabricar todos los productos.
En este caso, los pigmentos que
ayudan a dar color a los labiales son los que mejor transportan el plomo, que
puede llegar a causar en ciertos casos a provocar, según los estudios, casos de
problemas neurológicos en niños y posible infertilidad.
Formaldehído:
El formaldehído es uno de los
productos químicos más utilizados en la gran mayoría de cosméticos. Su uso es
muy frecuente a la hora de conservar los cadáveres, ya que contienen bacterias
en los productos que están formados por agua y que permiten, su prolongación
con el paso del tiempo.
Los diferentes estudios que se han
realizado han demostrado su elevada toxicidad, reconociéndose como elementos
carcinógenos. Eso sí, muchos de ellos no han podido estudiar su ingesta ni su
papel cuando los absorbe la piel, como es el caso de algunas cremas
hidratantes.
Triclosán:
Una de las sustancias químicas más
utilizadas en la gran mayoría de desodorantes, antitranspirantes (no, no son lo
mismo), leches limpiadores, desinfectantes de manos y otros cosméticos es el
triclosán, encargado de acabar con las bacterias en pastas de dientes o incluso
en sprays utilizados en primeros auxilios.
La historia del producto es larga.
Diversas organizaciones han revisado su interferencia en el proceso hormonal de
los animales, algo que podría contribuir al aumento de bacterias que resisten a
los antibióticos, dañando, incluso, el sistema inmunológico.
Otros estudios, mucho más
contundentes, aunque minoritarios, apuntan que el uso de triclosán, puede
causar daño en el hígado y aumentar la posibilidad de padecer cáncer.
Ftalato de Dibutilo:
El ftalato de Dibutilo es un
ingrediente que está presente en la gran mayoría de esmaltes y perfumes. ¿Su
función? Aumentar la capacidad de otros ingredientes químicos con los que
interactúan para que provoquen posible mutaciones genéticas, que produzcan
problemas reproductivos.
Ese compuesto químico permite
también aumentar la plasticidad de los detergentes, limpiadores e incluso,
juguetes; los cuales, también entran en los grupos peligrosos. Si miras en la
etiqueta de la gran mayoría de ellos, seguramente encontrarás ese nombre.
Butilhidroxianisol:
Otro de los conservantes más
utilizados por las marcas es el butilhidroxianisol. Su función en la gran
mayoría de cosméticos es potenciar su función antioxidante en cremas
humectantes y maquillajes.
Algunos de los estudios realizados
al respecto, apuntan que puede producir reacciones alérgicas y afectar, de
forma especial, al hígado y a partes más expuestas de la piel. En pruebas con
animales, el butilhidroxianisol ha demostrado ser un elemento carcinógeno.
Laurel sulfato de sodio:
Productos habituales como los
champús, geles o pastas de dientes no se libran de incluir elementos químicos,
que pueden llegar a ser peligrosos para el ser humano. En todos estos
cosméticos, el laurel sulfato de sodio, se encarga de crear la típica espuma
que son tan características de todos ellos y que si, se usa con frecuencia
favorece la irritación y la aparición de eczema en la zona afectada.
En este sentido, la Agencia
Internacional en la investigación contra el cáncer y la Administración de la
Salud y Seguridad Ocupacional han asegurado, que no se trata de un compuesto
carcinógeno, aunque hay otras corrientes que alertan de que su uso prolongado,
puede favorecer su aparición.
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