Muchas de
estas afirmaciones aún no han sido comprobadas // Foto: Medicina Natural y
Biológica
Por Beatriz Guzmán—Tras un polémico juicio realizado en los Estados
Unidos, un jurado ordenó a la compañía farmacéutica Johnson & Johnson, que
paguen la cantidad de 72 millones de dólares a la familia de una mujer
fallecida en 2015 por cáncer de ovario; ¿la razón? Los familiares afirman, que
el talco de la compañía fue el que produjo la enfermedad en la mujer.
Aparentemente, la señora, se aplicó
este producto por décadas, sin estar consciente de los riesgos para la salud
que tienen estos polvos, debido a un fallo en las etiquetas de la empresa,
donde debían alertar a las personas.
Los temores sobre el talco, se
basan sobre el hecho de que, a la hora de su extracción, puede estar
contaminado con amianto, un potente cancerígeno. Es por ello, que el talco
utilizado para fines cosméticos, como en el maquillaje o el que se aplica a los
bebés, debe de estar libre de amianto, un requisito que ha estado en vigor
desde los años 70.
Sin embargo, debido a su similitud
química con el amianto, el talco ha sido continuamente examinado como un
posible agente cancerígeno. Múltiples estudios en los últimos años, han
asociado la aplicación de los polvos al cáncer genital y el cáncer de ovario.
Mientras, algunas investigaciones han llegado a la conclusión de que su uso,
puede aumentar ligeramente la probabilidad de esta enfermedad, sigue siendo un
tema controvertido.
El diseño de estos estudios, se ha
planteado como pobre, con un sesgo de selección acusado de ayudar a inclinar la
balanza hacia acusar a los polvos de talco, como cancerígenos.
Además, la evidencia biológica que
apoye esta investigación aún no ha sido identificada y no parece, haber ninguna
respuesta sobre la dosis. Si el talco es un elemento cancerígeno, se esperaría
que una mayor exposición causase un mayor riesgo de desarrollar cáncer, pero
aún no se ha observado esta relación.
Por otra parte, surgen preguntas
adicionales cuando se considera la vía de exposición. Productos más intrusivos,
como los preservativos y los diafragmas, que muchos están recubiertos con
talco, no se han asociado con un riesgo mayor de cáncer de ovario. Así pues,
clasificarlo como tal, sería precipitado e incorrecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario