El estrés
del día a día hace que las personas se lleven esa tensión a la cama y no
duerman bien // Foto: Beatriz Guzmán (Pura Energía)
Por Beatriz Guzmán—Practicar yoga regularmente puede ayudar a
aliviar tensiones, estrés y calmar la mente. Pero no solo eso, aquellas
personas que tengan problemas para dormir, que sufran de insomnio o que
simplemente no puedan tener un sueño reparador a causa del estrés del día a día, pueden hacer yoga para conciliar el
sueño.
Quizá la razón por la cual no se
descansa bien, es porque las personas tendemos a llevarnos a la cama todas las
malas energías que acumulamos durante el día.
Por eso, dejamos cinco posturas de
yoga que pueden ayudar a alcanzar un sueño reparador:
Uttanasana: flexión de pie hacia delante. Colócate de pie al
lado de tu cama. Mantén los pies separados al ancho de tus caderas y dobla el
tronco hacia el suelo, apoyando las manos en él. Estira las rodillas tanto como
sea necesario para aliviar cualquier tensión del día en piernas y cadera.
Agnistambhasana: cruce de piernas. Sube a tu cama y ponte
cómodo. Extiende la pierna izquierda hacia adelante y flexiónala 90 grados a la
altura de la rodilla. Luego, flexionar el pie derecho y colócala encima de la
rodilla izquierda de modo que una pierna descanse encima de la otra. Lleva las
manos hacia adelante mientras exhalas incrementando el estiramiento.
Viparita karanasana: piernas hacia arriba. Coloca la
almohada pegada a la pared, donde está la cabecera de tu cama y siéntate sobre
ella. Recuéstate y eleva lentamente las piernas para apoyarlas extendidas en la
pared, hasta que estén perpendiculares al torso. Estira los brazos hacia la
cabeza.
Balasana: posición de descanso. También conocida como El
niño, es por excelencia la asana ideal para reposar. Dobla el tronco sobre las
piernas con los brazos extendidos hacia delante o en los lados del cuerpo; y
descansa la frente en la cama. Toma algunas respiraciones largas y profundas.
Savasana: descanso total. Sin duda una de las mejores
posiciones de yoga para antes de dormir. Recuéstate de espalda sobre tu cama y
coloca la almohada bajo las rodillas. Deja las piernas estiradas y ligeramente
separadas y los brazos a los costados con las palmas hacia arriba. Mantén la
cabeza recta y los hombros relajados.
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