El agua de
las piscinas suele presentar un mayor riesgo de contraer una infección que la
del mar // Foto: Pruebas Físicas
Las infecciones, irritaciones o
traumatismos para los ojos por causa del agua del mar o piscinas llegan a
aumentar hasta un 30% durante las vacaciones, debido a que muchas personas
deciden pasar esos días cerca del agua.
La exposición continúa como la que
tienen quienes practican deportes acuáticos como natación, puede llegar a ser
aún más perjudicial debido al contacto seguido con el cloro o la sal del agua.
El agua de las piscinas suele
presentar un mayor riesgo de contraer una infección que la del mar. Hay una
serie de infecciones más frecuentes en la piscina que en la playa, como la
pseudomona o la Acanthamoeba.
Se tratan de microorganismos que
sobreviven mejor en el agua dulce, aunque también pueden estar presentes en el
agua de mar. Para minimizar el riesgo de infección, se aconseja, entre otras
recomendaciones, protegerse los ojos con unos buenos lentes de buceo o natación
y evitar bañarse con lente de contacto; pues los microorganismos, pueden
adherirse a estas.
Aunque dichas infecciones no son
muy frecuentes, sí que pueden derivar a consecuencias graves. Es por ello, que
se debe extremar la desinfección de los lentes de contacto y el tratamiento
correcto del agua de las piscinas.
Para los que prefieran el mar,
deben tener en cuenta que hay otros riesgos. Además de algunas irritaciones
leves, los mayores peligros, suelen ser las picaduras en los ojos de alguna
medusa u otro animal marino. Estos suelen atacar a los párpados, pero en
ocasiones, pueden dañar a la córnea o a la conjuntiva, provocando una quemadura
química, que debe ser tratada por un oftalmólogo.
Así mismo, en los deportes
acuáticos, pueden producirse algunos traumatismos incisos por la rotura de los
cristales de los lentes de buceo, aunque es algo muy poco probable hoy en día,
ya que deben estar hechos de cristal templado, de ahí la importancia de
adquirir siempre lentes homologados.
Uno de los riesgos en deportes
acuáticos, se produce en submarinismo. La afectación típica en esta práctica es
el hiposfagma, un derrame ocular que se debe a los cambios de presión y que no
suele tener consecuencias graves.
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