miércoles, 14 de diciembre de 2016

¿Qué causa los trastornos de crecimiento?

Aunque una persona sea pequeña no quiere decir que sufra un trastorno de crecimiento, todo depende de sus genes  // Foto: medicarte

En el proceso de crecimiento intervienen varios elementos que pueden producir trastornos referidos al desarrollo y baja estatura. El déficit de algunas hormonas como la del crecimiento, así como factores referidos a la genética y la mala alimentación son algunos de ellos.

La talla a lograr está determinada en gran parte por las tallas familiares. Algunas de las medidas que pueden ayudar a lograr ese potencial familiar es mantener una alimentación sana, completa y balanceada, la práctica de actividad física frecuente y el tratamiento adecuado de enfermedades que puedan afectar el crecimiento.

También son varias las hormonas que están involucradas en el desarrollo y metabolismo de los niños. Una de ella es la hormona tiroidea, otra es hormona del crecimiento; está se encarga del alargamiento de los huesos y la creación de tejido. Dicha sustancia es secretada de manera natural por la hipófisis, pero cuando su producción es insuficiente, afecta considerablemente la estatura que alcanza desde la infancia hasta la adultez.

Entre los elementos que sirven al médico para evaluar al paciente a medida que va creciendo, están los valores del peso y los percentiles graficados en la curva del crecimiento.

En los primeros años de la vida, el crecimiento ocurre de forma continua,  pero su ritmo varía dependiendo de las diferentes etapas (infancia, niñez, pubertad).

Debe hacerse seguimiento sobre el avance de la talla, desde el nacimiento hasta la finalización de la pubertad. Una vez que se detecta un problema de crecimiento, sea por defecto o por exceso, el paciente debe ser referido al endocrinólogo pediatra. Si los padres tienen dudas, también pueden acudir a este especialista directamente para lograr un diagnóstico oportuno.

El crecimiento es un proceso influenciado por varios factores, en los que el cuerpo experimenta una serie de cambios, como el aumento de talla y masa muscular. Ocurre desde antes del nacimiento hasta el final de la adolescencia.

La talla casi final se alcanza cuando la edad ósea se encuentra en las hembras a los 15 años y en los varones a los 16, o en ambos géneros cuando la velocidad de crecimiento se ubica bajo dos centímetros por año.

La edad ósea se determina con una radiografía de la mano izquierda que se compara con patrones establecidos; y aunque está relacionada a la edad cronológica o de cumpleaños, puede estar adelantada o atrasada si hay alguna situación anormal del crecimiento o desarrollo.

La talla baja puede ser un síntoma o a veces el único de diversas enfermedades. Puede afectar la salud de distintas maneras. En el caso de déficit de hormona de crecimiento, la insuficiencia puede afectar el metabolismo de los hidratos de carbono o azucares, lípidos o grasas, favoreciendo la presencia de patologías crónicas no transmisibles.

La hormona de crecimiento se utiliza como tratamiento en algunas enfermedades donde su uso es requerido, a pesar de que no hace crecer a los niños con talla normal aunque sean pequeños, más allá de los que la genética les permita. Dado a que es un producto delicado en su administración y propenso al mal uso y abuso, se quiere de récipe e indicación médica.

En los casos en los que el médico recomienda tratamiento con hormona de crecimiento sintética, el paciente es tratado con inyecciones que se aplican en el tejido graso; muslos, brazos, abdomen, 
glúteos de manera alternante, todos los días, desde el momento que se decide su uso hasta finalizar el crecimiento, lo que implica que el tratamiento se extienda por algunos años.

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