miércoles, 9 de noviembre de 2016

Cómo cuidar la piel durante un tratamiento oncológico

En la lucha contra el cáncer cuidarse por fuera puede ayudar a recuperar la confianza perdida // Foto: DMedicina

Por Beatriz Guzmán—La mayoría de los tratamientos oncológicos producen alteraciones dermatológicas. Por ello, el cuidado dermocosmético de la piel durante el tratamiento es muy importante.

Durante este período, la limpieza y la hidratación son básicas. La piel suele ser más sensible y vulnerable a las infecciones y de ahí́, la importancia de incorporar rutinas de higiene e hidrataciones tanto corporales como faciales.

Cuando una persona pasa por un tratamiento oncológico, uno de los primeros órganos en reflejarlo es la piel del rostro. Un proceso de estas características, no solo implica la pérdida del cabello y del vello facial (cejas y pestañas), sino que también, hace que la piel se vea muy apagada y las ojeras marcadas.

Además, la medicación hace que se produzcan una serie de alteraciones dermatológicas. Entre las más frecuentes están el picor y la sequedad, las manchas marrones faciales y/o corporales, dermatitis, incremento de la flacidez o hipersensibilidad de la piel al sol.

Estos efectos secundarios no solo ponen de manifiesto la enfermedad, sino que también llegan a tener un impacto sobre la calidad de vida del paciente, ya que la piel está tensa, puede aparecer picor, malestar o incluso dolor. Por ello, es vital darle a la piel los cuidados necesarios en este período, para que no solo sea más fácil minimizar los signos que deja la enfermedad en el cutis, sino que favorezca la recuperación de la autoestima y la propia imagen personal.

Unos de los cuidados básicos durante esta etapa, además de la limpieza y la hidratación de la piel, es el uso de protección solar. La gran mayoría de los medicamentos oncológicos son muy fotosensibilizantes, por lo que es recomendable utilizar un fotoprotector que proteja frente a todo, el espectro de radiación visible (UVA, UVB e infrarrojos). Sin embargo, existen otra serie de pautas a seguir para mejorar el estado general de la piel.

Evitar productos exfoliantes, deshidratantes o irritantes. Elegir en su lugar productos basados en formulas suaves, especialmente recomendados para pieles secas y sensibles.

Evitar la manipulación manual traumática de los poros para su limpieza.

Evitar la utilización de cejas y pestañas postizas (los pegamentos pueden ser irritantes).

No utilizar tatuajes, micropigmentaciones, láser, etc.

​No se trata de usar productos especiales para tratamientos oncológicos, sino aprender a darle a la piel el cuidado específico que necesita.​

En cuanto al maquillaje, en el caso de las mujeres, también puede ser de gran ayuda a la hora de normalizar la vida de una mujer que está pasando por esta enfermedad, ya que puede ayudar a recuperar una imagen bastante similar a la que se tenía antes de empezar el tratamiento.

No consiste en que la paciente se sienta disfrazada, sino que se sienta lo más cómoda posible con su aspecto.

La gran dificultad son las cejas y las pestañas. Son elementos que definen por completo la expresión de una persona y al perderlas, se puede sentir que se ha perdido también, parte de la identidad. En este sentido es muy importante aprender a utilizar el maquillaje para recuperar esa identidad.

Lo más importante a la hora de superar un cáncer y su tratamiento es no perder nunca la positividad; y contar con el apoyo de la familia. Si cuidas tu piel durante el tratamiento, tu piel no sufrirá tanto y te verás más guapa y más segura, lista para afrontar cualquier obstáculo.


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