Una mujer
embarazada debe preocuparse más por comer saludable que por el peso en sí // Foto:
Guía Infantil
Por Beatriz Guzmán—Cuántas veces has escuchado que durante el
embarazo, se debe comer por dos y esto no es cierto, ni engordar sin medida, ni
mantener una dieta tan estricta. Lo importante es mantener una alimentación
balanceada y recordar que esos kilitos que se suban en la gestación, después
del parto se pueden perder.
La etapa de embarazo no es un
período para cuidar la línea, pero lo ideal y según las indicaciones
ginecológicas es aumentar un kilo por mes en los seis primeros meses de
gestación y dos, el último trimestre para que así el bebé y la mamá, estén
sanos al momento del parto.
La tabla varía según el índice de
masa corporal (IMC), que se obtiene de dividir el peso entre la estatura que se
tenía antes del embarazo:
IMC menor de 20 Kg/m2 entre 12 y 18
Kg.
IMC mayor de 20 y menor de 25 Kg/m2
entre 11 y 16 Kg.
IMC mayor de 26 y menor de 29 Kg/m2
entre 7 y 11 Kg.
IMC mayor de 29 Kg/m2 unos 6 Kg.
Cada vez la sociedad tiende a
cocinar menos y es sorprendente que muy pocas personas saben cómo balancear sus
comidas, pero ahora con un nuevo integrante en la familia y al cual se le debe
dar el ejemplo, es un buen momento para comenzar a nutrirse mejor a través de
la alimentación.
La dieta de una embarazada debe ser
lo más variada posible, incluyendo proteínas proveniente de las carnes y
lácteos, lípidos o grasas y si son saludables, como la del aceite de oliva o
los pescados azules, mejor.
Otros alimentos a incluir son
glúcidos (azúcares), preferiblemente de absorción lenta como los que están
presentes en las legumbres, que además añaden una proporción muy importante de
fibra que va a mejorar la tendencia al estreñimiento de las embarazadas.
Aléjate del azúcar refinada y de
los dulces, estás son calorías vacías que no aportan ningún nutriente.
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