Los hijos de
hombres que empezaron a fumar antes de los 15 tienen más riesgo de padecer
asma // Foto: salud180.com
Por Beatriz Guzmán—Fumar, se ha convertido en el principal factor
de riesgo de muerte prematura y, lo más alarmante es que estas cifras no paran
de crecer. Además de ser nocivo para la salud de quien fuma, lo es para quienes
están a su alrededor, como los fumadores pasivos.
Pero hay más, un estudio realizado
por investigadores de la Universidad de Bergen en Noruega, ha determinado que
fumar, puede llegar a afectar a los futuros descendientes, especialmente a los
hijos de varones.
La investigación afirma que aun
después de haber dejado el hábito, sobre todo aquellos que fumaron desde la
adolescencia, sus hijos tienen tres veces más riesgo de desarrollar asma
durante la infancia, que aquellos que nunca han fumado.
Para llevar a cabo el estudio, se
analizaron los historiales médicos de 24.168 niños y adultos de Noruega,
Suecia, Dinamarca, Islandia y Estonia; que en el momento de su inclusión en la
investigación tenían edades entre los 2 y los 51 años. Más concretamente, el
objetivo era evaluar la prevalencia de asma antes de cumplir los 10 años en
esta población; y la existencia de una posible relación con el hábito tabáquico
de sus padres.
Los resultados mostraron, que los
hijos de los varones que habían empezado a fumar antes de cumplir los 15 años,
tenían un riesgo 3,24 veces superior de desarrollar asma no alérgico, (asma no asociado
a alergia al polen) antes de llegar a su segunda década de vida. Un efecto
negativo, además, que se vio solo ligeramente reducido (el riesgo fue 2,68
veces mayor) en aquellos casos en los que el padre dejó el tabaco, un mínimo de
cinco años antes de la concepción.
El mayor incremento del riesgo de
desarrollar asma en los niños, se observó en los padres cuyo inicio en el
tabaquismo se produjo antes de los 15 años. Y curiosamente, el tiempo
transcurrido desde la cesación del hábito tabáquico hasta la concepción, no se
asoció de forma independiente con la prevalencia de asma en los descendientes.
“Fumar causa daños genéticos y
epigenéticos en los espermatozoides que se pueden transmitir a los
descendientes”, explica una de las investigadoras.
Sin embargo, el hecho de que el
padre empezara a fumar una vez el niño ya hubiera nacido, no pareció tener
ninguna influencia sobre el riesgo de asma del descendiente.
¿Y qué pasa con las madres que
fuman?
El hecho de que la madre fumara
durante el embarazo incrementó, y mucho, el riesgo de que el futuro neonato
padeciera asma. Sin embargo, los resultados sugieren que las mujeres que
fumaron antes de la concepción no condenaron, tal y como hacen los varones, a
que su futuro hijo tuviera una mayor probabilidad de padecer esta enfermedad
respiratoria.
Pero, ¿cómo se explica, qué la
asociación entre el asma del hijo y el tabaquismo antes de la concepción sea
tan patente en el caso del padre e inexistente en el de la madre? Pues, según
sugieren los autores, la explicación se encuentra en el efecto del tabaco sobre
los espermatozoides.
En conclusión, el ambiente
nutricional, hormonal y psicológico de la madre condiciona la respuesta celular
y la expresión genética de su descendencia. Y según, sugiere el nuevo estudio,
la edad y estilo de vida del padre parece reflejarse en las moléculas, que
controlan la función genética.
Como concluye la directora de la
investigación, “cada vez contamos con más evidencias de los estudios con
modelos animales sobre la denominada ‘programación epigénetica’, un mecanismo
en el que el ambiente del padre antes de la concepción, puede impactar sobre la
salud de las futuras generaciones”.
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