sábado, 5 de noviembre de 2016

Qué es la Espondilitis y cómo detectarla a tiempo

El dolor lumbar sin razones aparentes en personas menos de 30 años podría ser síntoma de una enfermedad complicada de diagnosticar en una consulta // Foto: doctuo.com

Por Beatriz Guzmán—Una persona joven, no debería presentar dolores en la zona lumbar sin razones aparentes. Esto empeora, cuando la molestia no se alivia con la toma de analgésicos y persiste durante varias semanas.

Si la persona no ha sufrido traumatismos, levantando cargas pesadas o ha hecho malos movimientos; debería acudir con un reumatólogo, pues podría tratarse de un caso de espondilitis, una variación de la artritis.

Cuando el dolor lumbar se presenta en personas menores de 30 años de edad, es común pensar, que puede ser una simple molestia causada por algún movimiento inadecuado. Sin embargo, podría tratarse de una condición más seria como la espondilitis anquilosante: un tipo de artritis crónica, que afecta principalmente las articulaciones en la base de la columna, donde se conecta con la cadera, rodillas y talones.

La espondilitis afecta principalmente la zona lumbar, provocando una deformación de las vértebras de la columna, que le dificulta a la persona mantenerse erguida y le resta movilidad. A medida que progresa la enfermedad, la persona se ve cada vez más encorvada y no logra pararse derecha.

El principal síntoma es un dolor intenso en la zona lumbar, que se extiende hasta la parte baja de los glúteos, el cual se intensifica durante las horas de descanso y se alivia un poco al moverse o hacer ejercicios moderados. Además, la persona presenta rigidez matutina e interrupciones del sueño debido a la dolencia.

Se diferencia de otras causas de dolor lumbar, porque las personas suelen sentirse agotadas, cansadas o débiles, como si tuvieran fiebre, malestar general sin causa aparente, pérdida de peso y le aparecen dolores en otras partes del cuerpo, como los talones y la columna cervical. Estas pueden confundirse con una tortícolis o de repente, presenta una inflamación en una rodilla y no en la otra, que dura más de tres meses.

La incidencia de la patología es levemente superior en los hombres. La importancia de recibir atención médica especializada radica en la diversidad de sus síntomas, que dificulta el diagnóstico.

Se han visto casos de pacientes que han sido mal diagnosticados y se someten a operaciones de columna, pensando que la causa podría estar en una hernia discal, pero al cabo de un tiempo los síntomas vuelven a aparecer. El diagnóstico se basa en el examen físico, pruebas de laboratorio y estudios de imágenes como radiología y resonancia magnética, así como la presencia de un marcador genético llamado HLA B27.

Mientras más completa sea la evaluación médica y más temprano se diagnostique la enfermedad, la persona tendrá mejores probabilidades de recibir un tratamiento, que aborde el origen reumático de la afección y alivie los síntomas, permitiéndole llevar una vida normal.


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