El dolor
lumbar sin razones aparentes en personas menos de 30 años podría ser síntoma de
una enfermedad complicada de diagnosticar en una consulta // Foto: doctuo.com
Por Beatriz Guzmán—Una persona joven, no debería presentar dolores
en la zona lumbar sin razones aparentes. Esto empeora, cuando la molestia no se
alivia con la toma de analgésicos y persiste durante varias semanas.
Si la persona no ha sufrido
traumatismos, levantando cargas pesadas o ha hecho malos movimientos; debería
acudir con un reumatólogo, pues podría tratarse de un caso de espondilitis, una
variación de la artritis.
Cuando el dolor lumbar se presenta
en personas menores de 30 años de edad, es común pensar, que puede ser una simple
molestia causada por algún movimiento inadecuado. Sin embargo, podría tratarse
de una condición más seria como la espondilitis anquilosante: un tipo de
artritis crónica, que afecta principalmente las articulaciones en la base de la
columna, donde se conecta con la cadera, rodillas y talones.
La espondilitis afecta
principalmente la zona lumbar, provocando una deformación de las vértebras de
la columna, que le dificulta a la persona mantenerse erguida y le resta
movilidad. A medida que progresa la enfermedad, la persona se ve cada vez más
encorvada y no logra pararse derecha.
El principal síntoma es un dolor
intenso en la zona lumbar, que se extiende hasta la parte baja de los glúteos,
el cual se intensifica durante las horas de descanso y se alivia un poco al
moverse o hacer ejercicios moderados. Además, la persona presenta rigidez
matutina e interrupciones del sueño debido a la dolencia.
Se diferencia de otras causas de
dolor lumbar, porque las personas suelen sentirse agotadas, cansadas o débiles,
como si tuvieran fiebre, malestar general sin causa aparente, pérdida de peso y
le aparecen dolores en otras partes del cuerpo, como los talones y la columna
cervical. Estas pueden confundirse con una tortícolis o de repente, presenta
una inflamación en una rodilla y no en la otra, que dura más de tres meses.
La incidencia de la patología es
levemente superior en los hombres. La importancia de recibir atención médica
especializada radica en la diversidad de sus síntomas, que dificulta el
diagnóstico.
Se han visto casos de pacientes que
han sido mal diagnosticados y se someten a operaciones de columna, pensando que
la causa podría estar en una hernia discal, pero al cabo de un tiempo los
síntomas vuelven a aparecer. El diagnóstico se basa en el examen físico, pruebas
de laboratorio y estudios de imágenes como radiología y resonancia magnética,
así como la presencia de un marcador genético llamado HLA B27.
Mientras más completa sea la
evaluación médica y más temprano se diagnostique la enfermedad, la persona
tendrá mejores probabilidades de recibir un tratamiento, que aborde el origen
reumático de la afección y alivie los síntomas, permitiéndole llevar una vida
normal.
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