Prácticas
comunes como el uso del teléfono podrían estar ocasionando dolores en el cuello
// Foto: revistafemenina
Por Beatriz Guzmán—Muchas veces mientras se utilizan dispositivos
electrónicos, las personas no son conscientes de las posturas que adoptan en el
momento y son las malas posiciones, las que generan la mayor parte de los
dolores relacionados con el dolor de cuello.
Las dolencias en el cuello son muy
comunes tanto en hombres como en mujeres, en especial, cuando se mantiene un
estilo de vida sedentario o con un trabajo que implique estar sentados la mayor
parte del tiempo.
Conocido también como cervicalgia,
se trata de una sobrecarga muscular que se presenta en cualquiera de las
estructuras del cuello, incluyendo los músculos, nervios, vértebras y discos
entre los huesos. Aunque no es una patología como tal, es un síntoma que se
debe tratar de forma oportuna para evitar posibles complicaciones.
Algunos de esos hábitos son:
Mala postura al dormir: el descanso diario es un hábito
fundamental, tanto para la salud física como para la mental. De hecho, se
estima que un tercio de la vida de las personas está dedicado al dormir.
Sin embargo, para que sus
beneficios sean óptimos, es importante tener en cuenta que la postura debe ser
la adecuada.
Al acostarse, ya sea de lado o boca
arriba, el cuello se debe alinear con la columna vertebral, dado que si la
cabeza queda muy elevada, puede generar un fuerte dolor.
Mucho tiempo frente a la computadora: permanecer mucho tiempo
sentados frente al ordenador, se ha convertido en una de las causas principales
del dolor en el cuello.
La mayoría de las personas no
adoptan la postura correcta y lo peor, es que no se toman algunas pautas de
descanso durante su jornada.
Es primordial elevar el monitor a
una altura que no implique doblar el cuello y, por lo menos cinco veces al día,
tomar pequeños descansos para hacerle estiramientos.
Uso de dispositivos móviles: el uso diario y prolongado de los
dispositivos móviles es otra de las causas por las que las personas en los
últimos años, sufren de dolores en el cuello.
Tanto los teléfonos inteligentes
como las tabletas hacen que las personas adopten una posición incorrecta y, con
los días, provocan una acumulación de tensión cervical.
Está comprobado que en promedio, se
utilizan por lo menos 5 horas al día y se usan unas 85 veces para interactuar.
Además, cabe destacar que las luces
de sus pantallas pueden acarrear consecuencias en la salud visual y del
cerebro, sobre todo al llegar a la edad adulta.
Fumar: el consumo diario de cigarrillo no solo afecta de forma
directa la salud pulmonar, sino que tiene que ver con la diabetes, la
hipertensión y las dolencias musculares.
Está comprobado que los fumadores
presentan más dolores crónicos en el cuello en comparación con los que no
tienen este hábito. Todo indica que, debido a la deshidratación que provoca,
los discos de la espalda y la nuca van acelerando su proceso de degeneración.
Esto provoca hernias de disco,
tortícolis y sensación de presión en la parte alta de la columna vertebral. Esta
mala costumbre, también provoca efectos negativos en los vasos sanguíneos e
impide que el oxígeno, se transporte de forma óptima.
Usar bolsos o mochilas muy pesados: aunque su uso es común e
inofensivo, portarlos mal o colgarlos demasiado cerca del cuello, puede
provocar dolencias y tensión.
Es importante aprender a
distribuirles bien el peso y evitar cargar la mochila a un solo lado del
cuerpo. Es importante evitar sobrecargarlos con más del 10% del peso corporal,
sobre todo en el caso de los niños.
Iluminación deficiente: una mala iluminación hace que las personas
se inclinen más de lo normal para poder leer o llevar a cabo alguna actividad,
que implique esfuerzo visual.
Es bastante común entre los
estudiantes, quienes suelen realizar sus tareas bajo la deficiente luz de una
lámpara.
Hacer mal los abdominales: unos abdominales mal hechos no solo
dejan de ser efectivos, sino que pueden provocar molestias en la columna
vertebral y el cuello. Una postura inapropiada hace que los músculos que rodean
el cuello, se sobrecarguen y presenten dolor.
Para hacerlos de forma correcta, se
debe tener en cuenta que la tensión se centra en la pared abdominal y no en las
cervicales.
Apoyar las manos en las orejas o
cruzadas en el pecho, no se deben poner detrás de la nuca. Mirar siempre hacia
arriba y asegurarse de que entre el mentón y el pecho quede un espacio del
tamaño de un puño.
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