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Cruzar las
piernas hace que todo el peso del cuerpo caiga en un solo lado por lo que la
espalda debe inclinarse // Foto: ntrzacatecas.com
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Por Beatriz Guzmán—Muchas de estas parecen inofensivas y algunas
simplemente, se ponen en práctica por costumbre o porque desde siempre se han
implementado; y aunque algunas veces no se ven las consecuencias a corto plazo,
hay que tener en cuenta que la salud podría verse afectada con la práctica regular
de algunas de estas cosas.
Echar la cabeza hacia atrás si sangra la nariz
Lo primero que se debe hacer es
taparse la nariz presionando la parte superior con los dedos, a modo de pinza e
inclinar la cabeza hacia delante. Solo de esta manera, se conseguirá que la
sangre drene hacia afuera para evitar tragarla o que pase a las vías
respiratorias.
Abrigarse para sudar la fiebre
Cuando se tenga fiebre hay que
evitar: abrigarse, bañarse con agua helada y frotarse con alcohol (puede
causar, sobre todo a los niños, una intoxicación etílica). Lo que se debe hacer
es tomar un antipirético, desabrigarse (no desnudarse) o tomar baños de agua
templada para reducir la temperatura corporal.
Tomar café al despertar
El cuerpo dispone de un reloj
interno, que se encarga de aumentar el grado de alerta a primera hora de la
mañana con el incremento de cortisol. Estos niveles van disminuyendo en las
horas posteriores, por lo que resulta más efectivo posponer el consumo de café
(y su efecto estimulante) dos o tres horas tras levantarse.
Copiar la dieta de alguien
Al momento de hacer dieta, es
preciso tener en cuenta una serie de factores como el sexo, la edad, las
alergias, intolerancias alimentarias y/o enfermedades; como la hipertensión o
la diabetes, ya que condicionarán el contenido nutricional y calórico. Por
ello, es fundamental no hacer la dieta de otras personas sin la evaluación
previa de un médico/nutricionista.
Saltarse el desayuno
Una dieta equilibrada exige cinco
ingestas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. El primero aporta
energía para afrontar las tareas de la mañana y evita, que se coma demasiado en
las comidas principales por un apetito excesivo. Esto es de suma importancia en
los niños, ya que no desayunar es, junto al sedentarismo, el riesgo más
frecuente que conduce a la obesidad infantil.
Usar zapatos muy altos o totalmente planos
Los tacones muy altos favorecen la
sobrecarga en el antepié y ayudan a la formación de callos, dedos de garra e
infecciones en las uñas. Sin embargo, los zapatos demasiado planos pueden
ocasionar problemas en la región del talón como durezas, fascitis plantar o
tendinitis de Aquiles. Lo ideal es usar un zapato con tacón moderado, anchura
adecuada y buena sujeción.
Cepillarse los dientes apenas se termina de comer
Si se han ingerido alimentos con
alto contenido ácido (frutas, jugos, vino o café) hay que esperar 30 minutos
para lavarse los dientes, porque si se hace inmediatamente, se repartirá el
ácido por toda la boca y hay riesgo de sufrir caries.
Comer fruta de postre
La fruta tiene fructosa que,
ingerida tras la comida, provoca un aumento rápido de los niveles de insulina
en sangre y hace que todo lo comido anteriormente, tenga más facilidad para
convertirse en grasa. Además, en ocasiones produce gases. Por todo ello, lo
ideal es separar la ingesta de fruta de las comidas principales.
Dormir con la televisión prendida
Ver la televisión o usar otros
dispositivos electrónicos con pantalla antes de dormir, disminuye el tiempo y
la calidad del descanso. Esto, se debe a que la luz que emiten, tiene una
longitud de onda que dificulta la producción de la melatonina en el cerebro,
hormona encargada de inducir el sueño.
Llevar carteras grandes
Las carteras grandes suelen ser
sinónimo de una gran carga llevada de forma inadecuada, lo que provoca lesiones
de hombro y espalda como tendinitis, contracturas cervicales, dorsalgias y
lumbalgias. Lo ideal es llevar solo lo imprescindible (que no supere el 3% del
peso del cuerpo).
Beber agua en exceso
Demasiada agua obliga a los riñones
a eliminar más líquido y electrolitos que son necesarios para el organismo,
como el calcio, el potasio, el magnesio o el sodio. Lo ideal es ingerir dos
litros y medio al día. También hay que tomar en cuenta, que en esta cantidad se
incluyen también, los alimentos que se comen.
Cruzar las piernas
Tan común que todo el mundo lo hace
sin darse cuenta, este gesto afecta a la espalda, ya que obliga a cargar todo
el peso en un solo lado haciendo que la columna se incline. Así mismo, provoca
que se salga un poco el hueso del muslo y que al levantarse, se note una pierna
más larga que la otra. Lo ideal es sentarse siempre con las piernas tocando el
suelo; y formando un ángulo de 90 grados tanto en rodillas como en caderas.
Fumar para relajarse
La sensación de alivio y relajación
que se experimenta con un cigarrillo, se debe tan solo a que calma el síndrome
de abstinencia. De hecho, fumar provoca ansiedad. Lo mejor que se puede hacer,
es abandonar el hábito tabáquico.