Consumir una
porción diaria puede ayudar a mantener el movimiento del intestino
adecuadamente // Foto: gerberitachic
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Por Beatriz Guzmán—Esta deliciosa fruta tropical originaria de
Centroamérica, pero actualmente cultivada en distintas partes del mundo, aporta
una gran cantidad de beneficios al
cuerpo tanto internos como externos.
Está compuesta por azúcares de
absorción rápida que, luego de ingerirse, suponen una fuente de energía para el
cuerpo.
Además, es muy baja en calorías y
contiene grandes cantidades de vitaminas, minerales y enzimas; que participan
en multitud de funciones importantes para la salud.
Lo mejor de todo es que gran parte
de sus bondades, se pueden aprovechar consumiendo solo una rebanada todos los
días.
La papaya es una fuente
significativa de vitaminas con poder antioxidante como es el caso de la
vitaminas A, C y E. También, aporta vitaminas del complejo B y minerales
esenciales como potasio, magnesio y cobre. Estos apoyan la regeneración celular
y ayudan a prevenir los estragos, que se derivan de la acción negativa de los
radicales libres.
Gracias a su alto nivel de fibra,
se convierte en una aliada para mejorar la digestión y evitar el estreñimiento.
Una sola porción llega a satisfacer hasta una cuarta parte de la ingesta diaria
de fibra dietética, que requiere el organismo. Si se consume todos los días, se
consigue una correcta desintoxicación digestiva y se mantiene el movimiento
adecuado del intestino.
Contiene papaína y otra enzima
conocida como quimopapaína, las cuales ejercen una acción antiinflamatoria en
el organismo y disminuyen el riesgo de padecer enfermedades crónicas. Pueden
servir como complemento en el tratamiento de problemas asociados a la
inflamación como es el caso de la artritis reumatoide, el edema o la gota.
La vitamina A y C que contiene la
pulpa de papaya en cantidades generosas son útiles para fortalecer el sistema
inmunitario y evitar el desarrollo de infecciones. Su consumo regular crea una
barrera protectora contra los virus y las bacterias que provocan resfriados,
gripe y otras enfermedades respiratorias.
El beta-caroteno, también está
presente en la papaya, ayuda a proteger la salud visual y ayuda a prevenir
trastornos como la degeneración macular y las cataras.
Tres raciones de fruta al día
potencian la salud visual y disminuyen los riesgos asociados con la acción de
los radicales libres.
Los coágulos de sangre pueden disminuir
la circulación de la sangre y obstruir las arterias. De hecho, en casos graves
pueden desembocar en el desarrollo de un ataque cardíaco o derrame cerebral. Por
fortuna, la papaya contiene una sustancia llamada fibrina que mejora el flujo
sanguíneo y disminuye la coagulación.
También, gracias a la vitamina C
frena la producción de cortisol y ayuda a incrementar la sensación de
bienestar, por lo que ayuda a reducir el estrés.
También, destaca su aporte
significativo de vitamina E, un antioxidante que detiene el daño celular para
impedir la formación de arrugas prematuras.
Tanto la vitamina C como la E
incrementan la producción de colágeno y contribuyen a mantener el rostro firme
y joven.
Por otro lado, sus aceites
esenciales retienen la humedad natural y disminuyen los síntomas de trastornos
como el eccema y la psoriasis. Estas bondades pueden obtenerse mediante su
aplicación tópica, o bien, ingiriéndola sola o en batidos.
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