lunes, 12 de septiembre de 2016

¿Cómo saber si ir al gimnasio se convirtió en una adicción?



Ninguna adicción es sana, sin embargo, unas son más dañinas que otras. Si tienes tiempo asistiendo al gimnasio, pero ya no sientes aquella misma emoción que en un principio o ya no estás notando cambios en tu cuerpo; quizá es hora de que reconozcas si tienes alguna obsesión insana con el gym.

La revista Women`s Health ha separado estos síntomas en psicológicos y físicos.

Físicos:

1. Anemia (pocos glóbulos rojos en la sangre, estos dan oxígeno a los tejidos corporales)

2. Problemas musculares. Tendinitis por sobrecarga en rodilla, tobillos o artrosis de rodilla.

3. Pulso inusualmente alto por la mañana sin motivo aparente.

4. Comes menos a pesar de tener hambre.

5. No se ven mejoras, aunque estás entrenando mucho más. Estás cansada/o desde  la mañana.

6. En el caso de las mujeres, presentan amenorrea (ausencia del período menstrual).

Síntomas psicológicos:

1. Compensas los excesos de comida haciendo más deporte o no te alimentas lo suficiente.

2. Te pones de mal humor, pasas un día o una semana sin entrenar.

3. No tienes tiempo para tu pareja, familia o amigos. Sustituyes cualquier otra actividad por entrenar.

4. Haces sesiones extras de entrenamiento y se las ocultas a tu entrenador.

5. Si no obtienes el resultado que esperas, te sientes infeliz.

6. No te gusta cómo te ves frente al espejo.

¿Qué hacer para evitar llegar a esto?

1. Practica otros hobbies para despejar tu mente. Women`s Health afirma que el cerebro se desarrolla por adaptación y que, si está sometido siempre al mismo desafío, se atrofia, provocando rigidez.

2. Tu cuerpo te habla, escúchalo. Si no te sientes bien, no entrenes.

3. Si vas a entrenar más, debes saber que tienes que emplear más tiempo para recuperarte. Siempre consulta a tu entrenador.

4. Visita al médico si tienes una molestia muscular o articular, si esta es persistente.


5. Ten en cuenta que también te ejercitas con tus otras actividades cotidianas. ¡Todo suma! Caminar al trabajo o escuela, por el supermercado con el carro lleno, cargar niños, subir escaleras, etc. Y si crees que esas actividades no cuentan, puedes monitorear tus movimientos con una aplicación en tu teléfono inteligente. ¡Te sorprenderán los resultados!

No hay comentarios:

Publicar un comentario