Llevar
siempre una botella de agua consigo y parar a descansar cuando el cuerpo lo
necesite // Foto: muysencillo.com
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Por Beatriz Guzmán—Para los amantes del running y la naturaleza, no
debe haber nada mejor que correr al aire libre; y es que para esos días de sol,
la vista puede terminar siendo un impulso extra para quien se ejercita.
Sin embargo, aquellos días de mucho
sol, cuando las temperaturas se elevan más de la cuenta, hay que tener cuidado
porque podría terminar siendo perjudicial para el cuerpo.
Si la humedad o la temperatura son
demasiado altas, la mejor recomendación es parar el entrenamiento. Un
incremento de cualquiera de las dos, pueden hacer que la frecuencia cardíaca se
eleve, lo que aumenta el riesgo de sufrir efectos secundarios peligrosos.
¿Cómo saber que no es seguro salir
a hacer ejercicio al aire libre? Muy sencillo, solo hay que consultar el tiempo en la zona. El cardio
y las altas temperaturas dejan de ser buenos compañeros de viaje cuando se
superan los 32 grados centígrados o el 70 por ciento de humedad.
Para que el corazón no sufra más de
lo necesario, lo recomendable es mover los entrenamientos a las horas más
frescas del día (las primeras horas de la mañana). O apostar por correr bajo
techo en la cinta de casa o del gimnasio, donde el aire acondicionado creará un
ambiente más cómodo tanto para el corazón como para los músculos.
Beber agua y parar a descansar de
vez en cuando son otras precauciones, que hay que tomar cuando se entrena en
días muy soleados o en el verano. Llevar siempre una botella de agua y no
olvidar que los tramos de recuperación son parte fundamental de una rutina de
ejercicios saludable.
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