martes, 20 de septiembre de 2016

Beber agua para el rendimiento del cerebro

Cuando no se toma suficiente agua se pueden tener problemas de concentración debido a que el cerebro está compuesto en su mayoría por agua// Foto: universitarios.com 

¿Sabías que si consumes líquidos tu cerebro podrá rendir más? Aunque parezca algo extraño, existe una relación muy estrecha entre la ingesta de agua y la capacidad mental.

Para mantener la salud en buen estado, limpiar el organismo y eliminar las toxinas; este líquido es imprescindible. Además, ayuda a transportar minerales y vitaminas para nutrir las células (manteniendo el equilibrio hidrosalino) y favorece la pérdida de peso.

El agua da fuerzas cuando las personas están cansadas, hidrata cuando hacen ejercicio y reducen el calor. También colabora en el proceso de digestión y evita el estreñimiento.

Además, el agua reduce el riesgo de padecer ataques cardíacos o cáncer de vejiga y colon.

El cerebro es 75% agua.

El cuerpo humano es tres partes agua; por ello beber líquido es vital. En el caso de los huesos, el porcentaje acuoso llega casi al 25% y la sangre en un 92%. El cerebro (al igual que los músculos) la contiene en un 75%.

Para trabajar mejor, la mente necesita ese líquido vital. Sin dudas, es un consejo que deben tener en cuenta aquellos que están a punto de presentar un examen o que tienen por delante mucho estudio.

Según expertos, consumir un 2% menos de la cantidad adecuada de agua causa una disminución de la atención y pérdida de memoria.

Muchos de los despistes, quizás se deban a que no se está consumiendo la cantidad necesaria de agua.

La deshidratación repercute en el rendimiento intelectual. Por ello cuando hace calor y no se toma agua, las personas tienden a sentirse desorientadas, mareadas y con poca reacción. Al no tomar agua el pensamiento y los reflejos se ralentizan.

Los errores y olvidos serán frecuentes y será muy difícil focalizar la atención en la actividad que se esté realizando.

A partir del 1% de deshidratación ya empiezan los síntomas “mentales”, como disminución significativa del rendimiento de la memoria de trabajo.

Con el 3% aparecen los dolores de cabeza, la desorientación temporal o espacial y las alteraciones en la destreza cerebral.

Ya con el 10% menos, baja la memoria y con un déficit del 15% la concentración es nula.

Beber agua, además, mantiene las funciones físicas y cognitivas en niveles normales a la vez, que regula la temperatura corporal.

En aquellas situaciones donde se requiere un mayor esfuerzo mental, se recomienda consumir más líquido aunque todos los días se debe cumplir con, al menos, los 2 litros tan famosos.

Algunos consejos para mantener una hidratación correcta son:

No esperar a tener sed.

Al sentir la boca seca, los labios agrietados y la garganta molesta al tragar; ya puede ser tarde.

No hay que dejar para último momento el hábito de beber agua porque, para ese entonces, ya se puede estar deshidratado.

Son solo 8 vasos por día. Uno después del desayuno, a media mañana, en la merienda y a media tarde; y dos tras el almuerzo y la cena.

Llevar una botella con agua a todos lados.

Combinar con otras bebidas: no es necesario que los dos litros sean agua mineral. También, se pueden consumir otros líquidos “aceptados”: jugos de frutas naturales e infusiones de hierbas (frías o calientes).
En el grupo no se encuentran el café, los lácteos bebibles, los refrescos ni las bebidas alcohólicas.

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