Cuando no se toma suficiente agua se
pueden tener problemas de concentración debido a que el cerebro está compuesto
en su mayoría por agua// Foto: universitarios.com
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¿Sabías que si consumes líquidos tu
cerebro podrá rendir más? Aunque parezca algo extraño, existe una relación muy
estrecha entre la ingesta de agua y la capacidad mental.
Para mantener la salud en buen
estado, limpiar el organismo y eliminar las toxinas; este líquido es
imprescindible. Además, ayuda a transportar minerales y vitaminas para nutrir
las células (manteniendo el equilibrio hidrosalino) y favorece la pérdida de
peso.
El agua da fuerzas cuando las
personas están cansadas, hidrata cuando hacen ejercicio y reducen el calor.
También colabora en el proceso de digestión y evita el estreñimiento.
Además, el agua reduce el riesgo de
padecer ataques cardíacos o cáncer de vejiga y colon.
El cerebro es 75% agua.
El cuerpo humano es tres partes
agua; por ello beber líquido es vital. En el caso de los huesos, el porcentaje
acuoso llega casi al 25% y la sangre en un 92%. El cerebro (al igual que los músculos)
la contiene en un 75%.
Para trabajar mejor, la mente
necesita ese líquido vital. Sin dudas, es un consejo que deben tener en cuenta
aquellos que están a punto de presentar un examen o que tienen por delante
mucho estudio.
Según expertos, consumir un 2%
menos de la cantidad adecuada de agua causa una disminución de la atención y
pérdida de memoria.
Muchos de los despistes, quizás se
deban a que no se está consumiendo la cantidad necesaria de agua.
La deshidratación repercute en el
rendimiento intelectual. Por ello cuando hace calor y no se toma agua, las
personas tienden a sentirse desorientadas, mareadas y con poca reacción. Al no
tomar agua el pensamiento y los reflejos se ralentizan.
Los errores y olvidos serán
frecuentes y será muy difícil focalizar la atención en la actividad que se esté
realizando.
A partir del 1% de deshidratación
ya empiezan los síntomas “mentales”, como disminución significativa del
rendimiento de la memoria de trabajo.
Con el 3% aparecen los dolores de
cabeza, la desorientación temporal o espacial y las alteraciones en la destreza
cerebral.
Ya con el 10% menos, baja la
memoria y con un déficit del 15% la concentración es nula.
Beber agua, además, mantiene las
funciones físicas y cognitivas en niveles normales a la vez, que regula la
temperatura corporal.
En aquellas situaciones donde se
requiere un mayor esfuerzo mental, se recomienda consumir más líquido aunque
todos los días se debe cumplir con, al menos, los 2 litros tan famosos.
Algunos consejos para mantener una
hidratación correcta son:
No esperar a tener sed.
Al sentir la boca seca, los labios
agrietados y la garganta molesta al tragar; ya puede ser tarde.
No hay que dejar para último
momento el hábito de beber agua porque, para ese entonces, ya se puede estar
deshidratado.
Son solo 8 vasos por día. Uno
después del desayuno, a media mañana, en la merienda y a media tarde; y dos
tras el almuerzo y la cena.
Llevar una botella con agua a todos
lados.
Combinar con otras bebidas: no es
necesario que los dos litros sean agua mineral. También, se pueden consumir
otros líquidos “aceptados”: jugos de frutas naturales e infusiones de hierbas
(frías o calientes).
En el grupo no se encuentran el
café, los lácteos bebibles, los refrescos ni las bebidas alcohólicas.
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