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bienestar y salud
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Tener ganas de comer un pedazo de
torta o una ración de papas fritas, de vez en cuando es lo más normal del
mundo; y en eso no hay ningún problema. Las complicaciones surgen cuando los
antojos por ciertas comidas se dan de forma prolongada, esto es indicador de
que se podría tener algún problema de salud.
Por eso, para prevenir que esto te
suceda, hay que estar atento a lo siguiente:
Agua: tener mucha sed puede ser un síntoma temprano de diabetes. Y
es que cuando hay exceso de azúcar en la sangre, los riñones tienen que
trabajar en exceso para eliminarla, lo que hace ir al baño más seguido. Y
cuanto más se va al baño, más sed da.
Sal: en general, el cuerpo recibe más sal de la que necesita,
debido a todas las comidas procesadas que se consumen, que suelen estar
cargadas de sal. No obstante, si se sienten deseos de comer más sal que de
costumbre, puede tratarse del principio de la enfermedad de Addison, que se origina
cuando las glándulas suprarrenales no producen suficiente cortisol.
Hielo: esto puede parecer extraño, pero si se tienen antojos de
comer hielo no es que haga demasiado calor: es un síntoma de deficiencia de
hierro. Y no solo se pueden sentir antojos de comer hielo, sino que podría
tratarse de papel, tierra, arcilla, etc.
Chocolate: por supuesto que no es el antojo esporádico de
chocolate; o el asociado al síndrome premenstrual, sino a antojos intensos de
comer chocolate. En este caso, puede tratarse de deficiencia de magnesio o
vitamina D.
Papas fritas: sí, son difíciles de resistir; y casi siempre se
aceptan con mucho gusto. Pero, si se tiene un antojo irresistible de comerlas,
es posible que se deba a algo más que el hecho de que son deliciosas: se puede
estar sufriendo de una deficiencia de ácidos grasos omega-3.
Por supuesto, lo mejor que se puede
hacer ante antojos anormales de comida es consultar con un médico.
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