Muchos de estos aceites están presentes en alimentos // Foto: lookfordiagnosis |
El uso de aceites de origen
vegetal, como semillas o de frutos secos, se ha vuelto común en casi todas las
cocinas del mundo. ¿Por qué? Porque son considerados sustitutos saludables de
la mantequilla, pues parece que tienen menos grasas saturadas.
Sin embargo, algunos estudios han
puesto en duda estas afirmaciones y alertan, que los aceites que se
comercializan como vegetales no son tan “buenos” como se cree. De hecho, pueden
llegar a ser perjudiciales para la salud, dicen los especialistas.
El principal culpable puede ser el omega
6 que contienen, que pudiese llegar a causar una inflamación dentro del
organismo, aumentando las posibilidades de padecer artritis; depresión o cáncer
de piel. Otros estudios hablan de alteraciones hormonales y de daños en el
sistema reproductivo y neuronal.
El australiano David Gillespie hizo
su propia investigación; y llegó a la conclusión de que algunos aceites
vegetales son “peligrosos para la salud”.
“Sus supuestos ‘beneficios’ están
basados en la falsa asunción de que las grasas saturadas son malas (por el
colesterol), pero no hay evidencia científica sobre tal cosa y algunos estudios
probaron, de hecho, lo contrario”, le contó Gillespie a BBC Mundo.
Algunos de estos aceites, cuyo
consumo debería reducirse o evitarse por completo son:
1. Aceite de girasol
Una investigación de la Universidad
del País Vasco (UPV), en España, demostró que este aceite contiene ciertos
compuestos orgánicos llamados aldehídos, supuestamente relacionados con trastornos
neuronales y con algunos tipos de cáncer.
De acuerdo con María Dolores
Guillén, coautora del estudio, los aldehídos contaminan el entorno y pueden ser
inhalados. Además, permanecen en el aceite incluso después de haber sido
calentado.
Según los científicos, el aceite de
girasol tiene una mayor cantidad de estos compuestos, mientras que el aceite de
oliva los genera en una cantidad mucho menor.
Gillespie es más rotundo al
respecto: “A los niveles que los consumimos, estos aceites, no son menos
tóxicos que ingerir veneno”, advierte.
2. Aceite de maíz
Tiene un alto contenido en grasas
poliinsaturadas.
Tal y como le explicó Martin
Grootveld, de la Universidad de Montfort, en Leicester (Reino Unido) a la BBC:
“los aceites de girasol y de maíz son buenos, siempre y cuando no se utilicen
para freír o cocinar”.
Según Grootveld, es mejor utilizar
aceite de oliva, pues “contiene menos componentes tóxicos y éstos son menos
perjudiciales para el cuerpo humano”. De hecho, su investigación sugiere que es
mejor cocinar con mantequilla que con aceite de maíz.
3. Aceite de canola
Era barato, fácil de cultivar y,
aparentemente, saludable en el momento que comenzó su comercialización, pero
pronto empezó a aparecer información sobre los perjuicios del ácido erúcico que
contiene este aceite y que puede llegar a ser tóxico.
Las consecuencias de consumir estos
aceites, dice Gillespie, pueden ser graves. “Aumentan significativamente las
posibilidades de que tengamos cáncer y de que nuestros hijos padezcan
enfermedades autoinmunes”, asegura.
Los aceites “malos”, señala
Gillespie, son los de semillas (colza, girasol, cártamo, salvado de arroz,
semilla de uva y maíz); los de legumbres (soja y maní) y la mayoría de los
aceites de frutos secos.
Sin embargo, muchos alimentos
contienen estos ingredientes. Desde el pan de molde hasta algunas galletas,
pastas, casi toda la comida procesada, salsas, comida congelada y la cocinada
en cafés y restaurantes; pues estos aceites “son más baratos y no se nota la
diferencia en el sabor” (al usarlos para cocinar), dice Gillespie.
Con información de BBC.
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