jueves, 15 de septiembre de 2016

Yoga Fly: tradición en el aire



Partiendo de la relajación que tiene el vaivén de balancearse sobre un columpio y la sensación de volver a la infancia, el Yoga Fly se practica sobre una especie de trapecio hecho con tela de paracaídas en la que se realizan ciertas posturas del yoga tradicional.

Su origen tiene diferentes teorías, sin embargo, en la que la mayoría de los expertos coincide es en la que los yoguis ancestrales de India se trepaban en la copa de los árboles sujetándose con telas y usándolas para apoyarse al practicar las posturas.  En el año 2003, en Bali, Indonesia nace el Swing Yoga, un sistema aéreo creado por Kerrie Neal y Stacy Schumann.

Rafael Martínez, fundador de AeroYoga en Madrid indica que esta práctica cuenta con influencias del Natha Yoga, Pilates Ayurveda y Mallakhamb Rope. El Mallakhamb es una especie de gimnasia en la que se practican diversas posturas sobre un poste de madera o cuerda, es una actividad muy popular en la India.

Entre los múltiples beneficios que tiene el Yoga Fly hay cuatro principales que son los siguientes:
-          Tonificar y redefinir el cuerpo especialmente la zona del abdomen, piernas, brazos y glúteos.

-          Realizar estiramientos que, muchas veces, sobre el mat se tornan complejos y que sobre el columpio son más sencillos de ejecutar.

-          Potenciar las capacidades mentales.

-          Eliminar el dolor de espalda.

Martínez explica que “La columna vertebral pasa a ser la base de la conciencia por ser la vía principal por donde discurre la energía; la idea es desbloquearla, liberarla y estirarla. Para ello, usamos metáforas y visualizaciones en las que la comparamos con ríos u océanos que fluyen”.


Unas de las posturas más conocidas son las siguientes:

El murciélago

La persona se guinda de cabeza desde el columpio, este sostiene los glúteos y piernas, mientras que se entrelazan al mismo. Las manos, se pasan detrás de la cabeza. El efecto conseguido es que se entra en un estado meditativo casi de manera inmediata, el cerebro se oxigena rápidamente y el cuerpo produce mayor cantidad de endorfinas y serotonina, lo cual ayuda a  producir una sensación de paz.

El puente

Las manos se apoyan sobre el piso, al mismo tiempo que la pelvis queda hacia arriba. La tela sostiene la cadera, los glúteos y la cintura; se arquea el cuerpo hacia atrás. Las piernas quedan suspendidas y la persona toma los talones con sus manos para lograr tal arqueo. Se fortalece el abdomen y se enfrentan los miedos que pueda generar esta posición.

El guerrero

Los brazos se abren paralelamente para formar una línea recta. Mientras que, en el columpio, una de las piernas queda suspendida en el aire y la otra en la tela.

La crisálida

Es, por lo general, la última postura de una sesión y dura aproximadamente 15 minutos. Su objetivo es relajar, su nombre se debe a que la persona queda como en un "capullo". La idea es tumbarse dentro del columpio, las piernas quedan sostenidas por el mismo hacia arriba. Esto, junto a otros elementos como la aromaterapia, hace que el cuerpo segregue morfina natural. Expertos dicen que esta postura equivale a ocho horas de descanso.

Como toda práctica se debe consultar con un profesional para evitar lesiones; y si se sufre de alguna dolencia, lo mejor es que se adapten las prácticas dependiendo del tipo de padecimiento que se tenga para evitar una lesión mayor.


El columpio sirve para reajustar y alinear el cuerpo. Con él, se consigue estirar mejor y realizar asanas complicadas. Es ideal para las personas con falta de movilidad, pues consiguen hacer posturas que en el mat cuesta. Se experimenta el estado de ingravidez cuyo efecto es relajante; y por último crece la autoconfianza en la persona.

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