No solo generan hambre, pueden afectar la calidad del sueño de las personas // foto: notiactual |
Estudios
previos sugerían que el uso de edulcorantes artificiales podía provocar hambre;
y ahora han sido confirmados por un
equipo de expertos australianos que, además, han descubierto cómo reacciona el
cerebro a su ingesta.
El estudio
publicado por Cell Metabolism, muestra los efectos de los edulcorantes
artificiales sobre el cerebro en su capacidad de regular el apetito y la
percepción del gusto.
Un equipo de
científicos de la Universidad de Sydneyy del Instituto Garvan de
Investigación Médica, ha identificado un sistema en el cerebro que detecta y
vincula la dulzura de los alimentos con su contenido energético.
"Tras
la exposición crónica a una dieta que contenía el edulcorante artificial
llamado sucralosa, vimos que los animales empezaban a comer mucho más",
explicó en un comunicado, el profesor asociado de la Universidad de
Sydney y autor principal del estudio, Greg Neely.
Los expertos
descubrieron que en el centro de recompensa del cerebro, el sabor dulce se
asocia con el aporte energético del alimento.
Sin embargo,
cuando se ingiere durante un tiempo edulcorantes no naturales, esa relación
entre dulzor y energía se descompensa, por lo que el cerebro tiene que
reequilibrarla aumentando las calorías consumidas, explicó el científico.
El equipo sometió
a moscas de la fruta a una dieta que contenía edulcorante artificial por un
período superior a cinco días; y el resultado fue que los insectos consumían un
30 % más de calorías, que cuando comían alimentos endulzados naturalmente.
Para
descubrir, si estos edulcorantes también aumentan la ingesta de alimentos en
mamíferos, el profesor Herbert Herzog del Instituto Garvan hizo el mismo
experimento con ratones.
El resultado
fue que, tras una semana de dieta endulzada con sucralosa, los roedores
incrementaron la ingesta de comida y la red neuronal implicada en el cerebro,
era la misma que en las moscas.
Millones de
personas en todo el mundo, consumen edulcorantes artificiales como herramienta
para tratar la obesidad, aunque hasta ahora se supiera poco de su impacto en el
cerebro y en la regulación del hambre, señala un comunicado de la
Universidad.
Este es el
primer estudio que identifica cómo los edulcorantes artificiales, pueden
estimular el apetito; pues los investigadores han identificado una compleja red
neuronal, que responde ante la comida endulzada de manera artificial “diciendo”
al animal que no ha ingerido la energía suficiente.
"Usando
esta respuesta ante las dietas con edulcorantes artificiales, hemos podido
mapear una nueva red neuronal que equilibra la palatabilidad con el contenido
energético" de los alimentos.
Este nuevo
circuito es parte de un mecanismo de respuesta frente al hambre, por el cual la
comida más nutritiva sabe mejor cuando estamos hambrientos", explicó
Neely.
Además, los
edulcorantes artificiales aumentan la hiperactividad, el insomnio y reducen la
calidad del sueño; agregaron los autores del estudio.
"Estos descubrimientos
refuerzan aún más la idea de que las variedades “sin azúcar” de comidas y
bebidas procesadas, pueden no ser tan neutras como habíamos creído",
indicó Herzog.
Con
información de: EFE.
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