Muchos de
ellos pueden darse por otros factores, pero muchas veces es por falta de calcio
en el organismo // Foto: oaxaca
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Por Beatriz Guzmán—Si bien es cierto que el calcio se relaciona con
los huesos, también hay que saber que este es parte de otras funciones en el
organismo; es vital para mantener los niveles estables.
Además de participar en la
formación de los huesos y dientes, también desempeña un papel importante en la
creación de otros tejidos complejos del organismo.
Está comprobado que el calcio
también es necesario para el sistema nervioso, la sangre, las neuronas y todas
las células del cuerpo.
Por tal razón es primordial,
atender las deficiencias del mismo e incorporar en la dieta los alimentos que
lo contienen o a través de suplementos.
Los síntomas más comunes que
alertan de una posible deficiencia de calcio son:
Debilidad ósea: la deficiencia de este mineral suele
ocasionar un debilitamiento en el sistema óseo y, de no ser atendido a tiempo,
incrementa el riesgo de fracturas y osteoporosis.
Esto se debe a que el cuerpo
absorbe el calcio de los huesos para llevar a cabo el funcionamiento celular y
otras tareas vitales.
Con el paso del tiempo, los huesos
van disminuyendo su densidad y se vuelven susceptibles a varias enfermedades.
Dientes débiles: su deficiencia conduce a una malformación
en las piezas dentales de los menores y aumenta el riesgo de problemas bucales
en los adultos.
Enfermedades frecuentes: las personas con deficiencia de
calcio tienen más riesgo de padecer enfermedades respiratorias e infecciones,
ya que su sistema inmunitario se debilita.
Además, este mineral es uno de los
más alcalinos y desempeña un papel muy importante en la correcta oxigenación de
las células.
Calambres musculares: estos se producen por una sobrecarga
de tareas sobre los músculos que, al no contar con el mineral, tienen
dificultades para mantenerse fuertes. Por lo general, el dolor se incrementa al
realizar movimientos cotidianos, casi siempre de exigencia física.
Si estos se presentan de forma
continua en los muslos, las pantorrillas y los brazos; hay que incrementar el
consumo de alimentos ricos en calcio.
Insomnio: la disminución en los niveles de este mineral,
también tiene mucho que ver con los trastornos que impiden descansar bien. Las
interrupciones de sueño y las dificultades para dormir en el horario habitual,
pueden estar alertando de que el organismo necesita este nutriente.
Presión arterial alta: si bien sobre esta inciden muchos
factores, está comprobado que los niveles bajos de calcio pueden provocar
complicaciones.
Dolores menstruales: el síndrome premenstrual o los dolores
menstruales suelen variar en cada mujer y casi siempre tienen su origen en
cuestiones hormonales.
Sin embargo, en ciertos casos son
el resultado de un consumo de calcio deficiente en la alimentación regular.
Está comprobado que las mujeres que
consumen las cantidades necesarias de este mineral, pueden disminuir los
episodios de dolor, inflamación, ansiedad y retención de líquidos.
Dificultad para perder peso: los expertos señalan, que el
calcio también participa en la regulación del metabolismo y, por ende, influye
en el peso corporal.
Unos niveles adecuados de calcio
contribuyen a perder peso con más facilidad y disminuyen la acumulación de
grasa corporal.
Piel seca y uñas débiles: dado que participa de forma
directa en los procesos de regeneración celular, el calcio es necesario para una
correcta restauración de la piel y las uñas. Tener una deficiencia de este,
puede provocar sequedad, agrietamiento, manchas y otras alteraciones que son
consideradas antiestéticas.
Trastornos capilares: la pérdida excesiva de pelo y la
sequedad del cuero cabelludo, pueden ser indicativos de una deficiencia de
nutrientes importantes como el calcio. Aunque estos pueden darse por múltiples
factores, es bueno considerar que puede ser la falta de este mineral.
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